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Poda y recorte del geranio de Cambridge

Linden · 04.05.2025.

El geranio de Cambridge es una planta de bajo mantenimiento por excelencia, y sus necesidades de poda son un claro reflejo de esta cualidad. A diferencia de otras plantas perennes que requieren recortes constantes para mantenerse en forma, este geranio mantiene un hábito de crecimiento compacto y ordenado con una intervención mínima por tu parte. La poda no es una cuestión de vida o muerte para la planta, sino más bien una serie de técnicas opcionales que puedes emplear para mejorar su apariencia, fomentar una floración más prolongada y mantener su vigor a lo largo de los años. Entender cuándo y cómo realizar estos recortes te permitirá sacar el máximo partido a esta joya del jardín sin convertirlo en una tarea ardua.

La tarea de poda más común y beneficiosa es la eliminación de las flores marchitas, una práctica conocida en jardinería como «deadheading». A medida que las flores individuales se desvanecen, puedes simplemente pellizcarlas o cortar los tallos florales gastados en su base. Aunque el geranio de Cambridge es «autolimpiable» en gran medida (las flores marchitas no suelen ser muy antiestéticas), retirar los tallos florales completos una vez que la mayoría de sus flores se han marchitado tiene dos ventajas principales. En primer lugar, mejora instantáneamente el aspecto general de la planta, dándole una apariencia más limpia y fresca.

En segundo lugar, y más importante desde el punto de vista hortícola, el «deadheading» evita que la planta gaste energía en la producción de semillas. Al redirigir esta energía, se puede alentar a la planta a producir una segunda oleada de flores, aunque generalmente será más ligera que la floración principal de la primavera. Esta práctica prolonga el período de interés floral en el jardín y mantiene la planta centrada en el desarrollo de raíces y follaje saludables, lo que contribuye a su vigor a largo plazo. Es una tarea sencilla que se puede realizar rápidamente durante un paseo por el jardín.

Aparte del «deadheading», no hay una necesidad estricta de podar el geranio de Cambridge durante su temporada de crecimiento activo. Su hábito de crecimiento natural es formar un montículo denso y bajo que se expande gradualmente. No se vuelve «patilargo» o desgarbado como otros tipos de geranios, por lo que no necesita ser recortado para mantener la forma. La mayor parte del trabajo de poda se concentra en un único evento de rejuvenecimiento después de la floración principal y en una limpieza general al final de la temporada.

La poda de rejuvenecimiento post-floración

Una vez que el principal espectáculo de floración ha concluido, generalmente a mediados o finales del verano, es el momento ideal para realizar una poda de rejuvenecimiento. En este punto, el follaje más viejo puede empezar a parecer un poco cansado, desordenado o puede tener algunas hojas amarillentas. Un recorte más drástico en este momento puede revitalizar la planta por completo, estimulando una oleada de crecimiento de follaje nuevo, fresco y compacto que se mantendrá atractivo durante el resto de la temporada hasta las primeras heladas.

La técnica es muy sencilla. Con unas tijeras de podar afiladas o unas cizallas de jardín, recorta toda la mata a una altura de unos 5 a 10 centímetros del suelo. No tengas miedo de ser drástico; la planta es increíblemente resistente y responderá vigorosamente a este tratamiento. Este recorte elimina todo el follaje viejo y los tallos florales gastados de una sola vez, lo que es mucho más rápido y eficiente que el «deadheading» individual si la mata es grande.

Después de realizar este recorte, es una buena idea regar bien la planta y, si lo deseas, aplicar una capa muy fina de compost alrededor de la base. Esto proporcionará la humedad y los nutrientes necesarios para impulsar el nuevo crecimiento. En unas pocas semanas, verás cómo una nueva alfombra de hojas verdes y saludables comienza a cubrir la zona, dándole a la planta un aspecto renovado y rejuvenecido para el resto del verano y el otoño.

Esta poda de verano no solo tiene beneficios estéticos, sino también sanitarios. Al eliminar la masa de follaje viejo, mejoras significativamente la circulación de aire a través de la corona de la planta. Una mejor circulación de aire ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades fúngicas, como el oídio, que pueden prosperar en el follaje denso y húmedo del verano. Es una forma proactiva de mantener tu geranio saludable sin recurrir a tratamientos químicos.

Control del tamaño y la expansión

El geranio de Cambridge se propaga mediante rizomas subterráneos, extendiéndose gradualmente para formar una cubierta de suelo cada vez más amplia. Aunque no se considera una planta invasiva, con el tiempo puede empezar a ocupar más espacio del que tenías previsto o a invadir el territorio de sus plantas vecinas. Afortunadamente, controlar su expansión es una tarea muy sencilla que se puede realizar en cualquier momento durante la temporada de crecimiento, aunque la primavera y el otoño son los momentos ideales.

La forma más directa de controlar su tamaño es mediante la poda de raíces con una pala afilada. Simplemente inserta la pala verticalmente en el suelo a lo largo del borde de la zona que deseas mantener y corta los rizomas que se extienden más allá de ese límite. Puedes levantar y retirar las secciones de la planta que has separado. Este método es rápido, eficaz y define un borde limpio para tu mata de geranios.

Las secciones que retiras no tienen por qué ser desechadas. De hecho, esta es la forma principal de propagar la planta a través de la división. Cada sección que has retirado, siempre que tenga algunas raíces y brotes, puede ser replantada en otro lugar de tu jardín para iniciar una nueva colonia o puedes compartirla con amigos y familiares. Es una forma excelente y gratuita de obtener más plantas.

Si una mata se ha vuelto muy grande y congestionada, o si el centro ha empezado a volverse leñoso y menos productivo (lo que puede ocurrir después de varios años), la mejor solución es desenterrar toda la planta y dividirla. Descarta la parte central, más vieja, y replanta las secciones más jóvenes y vigorosas de los bordes exteriores. Este proceso no solo controla el tamaño de la planta, sino que la rejuvenece por completo, asegurando que se mantenga saludable y floreciente durante muchos años más.

Limpieza de final de temporada

A medida que se acerca el final de la temporada, la cuestión de la poda de otoño vuelve a surgir. Como se ha detallado en la sección de hibernación, tienes dos opciones principales: dejar el follaje intacto durante el invierno o recortarlo después de las primeras heladas fuertes. Ambas opciones son válidas y la elección depende de tus preferencias personales y de los objetivos de manejo de tu jardín.

Dejar el follaje en su lugar ofrece el beneficio de disfrutar de los hermosos colores otoñales y proporciona una capa de aislamiento natural para la corona de la planta. Las hojas atrapan la nieve y protegen la planta de los vientos helados. Este enfoque de «jardinería relajada» es a menudo el más beneficioso para la vida silvestre local, ya que las hojas caídas y el follaje en pie pueden ofrecer refugio a insectos beneficiosos durante el invierno.

Por otro lado, recortar el follaje en otoño puede ayudar a prevenir problemas de plagas y enfermedades. Al eliminar el material vegetal muerto, reduces los lugares donde las esporas de hongos o los huevos de insectos pueden pasar el invierno. Esto puede ser especialmente importante si has tenido problemas con enfermedades fúngicas durante la temporada. Además, un jardín recortado y limpio en otoño puede facilitar las tareas de limpieza de primavera.

Si optas por la limpieza de otoño, espera hasta que varias heladas fuertes hayan marchitado completamente el follaje. En este punto, la planta ya habrá reabsorbido todos los nutrientes valiosos de sus hojas. Corta el follaje a unos pocos centímetros del suelo. Si decides dejar el follaje durante el invierno, la limpieza se trasladará a principios de la primavera, cuando deberás retirar el follaje viejo y muerto del año anterior para dar paso al nuevo y vigoroso crecimiento.

Herramientas y buenas prácticas

Para todas las tareas de poda, es fundamental utilizar herramientas limpias y afiladas. Unas tijeras de podar, cizallas o un cuchillo de jardín bien afilados harán cortes limpios que sanan más rápidamente, reduciendo el riesgo de que las enfermedades entren por las heridas. Las herramientas desafiladas pueden desgarrar los tejidos de la planta, creando heridas irregulares que son más susceptibles a las infecciones.

La limpieza de tus herramientas es una práctica sanitaria esencial, especialmente si te mueves entre diferentes plantas en el jardín. Después de podar una planta, y especialmente si sospechas que podría tener una enfermedad, limpia las cuchillas con un desinfectante como alcohol isopropílico o una solución de lejía diluida (una parte de lejía por nueve partes de agua). Esto evita la propagación accidental de patógenos de una planta a otra.

Cuando realices el «deadheading», corta el tallo floral lo más cerca posible de su punto de origen en la base de la planta. Esto evita dejar tallos desnudos y antiestéticos que sobresalen del follaje. Para la poda de rejuvenecimiento, intenta hacer un corte uniforme en toda la mata para que el nuevo crecimiento sea homogéneo y equilibrado.

Finalmente, recuerda que la poda es una forma de interactuar con tus plantas y guiarlas, no de dominarlas. Observa cómo responde tu geranio de Cambridge a tus intervenciones. Con esta planta en particular, un enfoque minimalista suele ser el más exitoso. Su belleza natural y su forma ordenada requieren muy poca corrección, lo que te permite dedicar más tiempo a simplemente disfrutar de su presencia en tu jardín.

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