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Poda y recorte de la flor de bugardia

Daria · 04.07.2025.

La poda es una de las prácticas de jardinería más importantes y a menudo más temidas, pero en el caso de la bugardia, es una técnica esencial para mantener la planta sana, con una forma atractiva y, sobre todo, para maximizar su potencial de floración. Lejos de ser un acto dañino, un recorte bien ejecutado es una forma de comunicación con la planta, una manera de guiar su crecimiento y dirigir su energía hacia donde más nos interesa: la producción de abundantes y fragantes flores. Sin una poda regular, la bugardia puede volverse larguirucha, desordenada y con una floración cada vez más escasa, ya que la planta gasta su energía en mantener una estructura leñosa e improductiva.

Entender el porqué y el cómo de la poda es fundamental para perderle el miedo y realizarla con confianza. La bugardia florece en la madera nueva, es decir, en los tallos que han crecido durante la temporada actual. Por lo tanto, el objetivo principal de la poda es estimular la producción de estos nuevos brotes. Al recortar los tallos viejos, se fomenta la ramificación desde la base y los laterales, lo que resulta en una planta más densa, compacta y con una mayor cantidad de tallos listos para florecer.

Además de promover la floración, la poda cumple otras funciones vitales. Ayuda a dar forma a la planta, manteniendo un tamaño manejable y una apariencia estética. Permite la eliminación de madera muerta, dañada o enferma, lo que mejora la salud general de la planta y previene la propagación de patógenos. También mejora la circulación de aire a través del follaje, lo que reduce la incidencia de enfermedades fúngicas como el oídio.

Este artículo te guiará a través de las diferentes técnicas de poda aplicables a la bugardia, desde la poda de mantenimiento hasta la poda de rejuvenecimiento. Aprenderás cuál es el mejor momento para podar, qué herramientas utilizar y cómo realizar los cortes correctamente para asegurar una rápida cicatrización y una respuesta de crecimiento vigorosa. Con estos conocimientos, la poda se convertirá en una de tus herramientas más valiosas para el cuidado de esta espectacular planta.

El momento ideal para la poda

El momento en que se realiza la poda tiene un impacto directo en la respuesta de la planta y en su ciclo de floración. Para la bugardia, el período principal de poda estructural se sitúa a finales del invierno o a principios de la primavera. Este es el momento ideal porque la planta todavía se encuentra en su fase de letargo o recién comienza a despertar, por lo que el shock de la poda es mínimo. Además, al podar justo antes de que comience el nuevo crecimiento, toda la energía de la planta se dirigirá a la producción de nuevos brotes fuertes y saludables que serán los que porten las flores de la temporada.

Realizar una poda fuerte durante el verano, en pleno período de crecimiento y floración, no es recomendable. Esto eliminaría los brotes florales que ya se están desarrollando y forzaría a la planta a gastar energía en cicatrizar y producir nuevo follaje en lugar de flores. Del mismo modo, una poda severa en otoño, justo antes de entrar en el período de descanso, puede estimular un nuevo crecimiento tierno que no tendrá tiempo de madurar antes de la llegada del frío, siendo muy susceptible a los daños por heladas.

A lo largo de la temporada de crecimiento, sí se pueden y deben realizar podas ligeras de mantenimiento. Esto incluye el «deadheading» o eliminación de las flores marchitas, lo cual es crucial para prolongar la floración. También se puede practicar el «pinzado», que consiste en recortar las puntas de los tallos para fomentar una mayor ramificación y una forma más compacta. Estas podas menores no suponen un gran estrés para la planta y ayudan a mantenerla con un aspecto cuidado y productivo durante todo el verano.

En resumen, la estrategia es simple: una poda principal y más severa para dar forma y estimular el crecimiento a finales del letargo invernal, y podas ligeras y continuas durante la temporada de crecimiento para mantener la planta y prolongar la floración. Sincronizar tus acciones con el ritmo natural de la planta es la clave para obtener los mejores resultados.

Técnicas de poda para estimular la floración

La técnica de poda más importante para maximizar la floración de la bugardia es la poda de renovación, que se realiza a finales de invierno. El objetivo es recortar la mayoría de los tallos del año anterior para forzar el crecimiento de nuevos brotes desde la base o desde la parte inferior de los tallos principales. Utilizando tijeras de podar limpias y afiladas, puedes cortar los tallos a una altura de entre 15 y 30 centímetros del suelo o de la base de la planta. No temas ser drástico; la bugardia responde muy bien a este tipo de poda y rebrotará con un vigor sorprendente.

Al realizar los cortes, busca un nudo o una yema orientada hacia el exterior de la planta y corta justo por encima, con un ángulo de 45 grados. Un corte en ángulo evita que el agua se acumule en la superficie del corte, reduciendo el riesgo de enfermedades. Un corte por encima de una yema orientada hacia afuera dirigirá el nuevo crecimiento hacia el exterior, abriendo el centro de la planta y mejorando la circulación de aire, lo que previene problemas fúngicos.

Otra técnica clave, como se mencionó anteriormente, es el pinzado o «pinching». Esta técnica se realiza en primavera y principios de verano sobre los nuevos brotes. Cuando un nuevo tallo haya desarrollado varios pares de hojas, simplemente usa tus dedos o unas tijeras pequeñas para quitar la punta del crecimiento, justo por encima de un par de hojas. La planta responderá creando dos nuevos brotes desde las axilas de esas hojas. Repetir este proceso en varios tallos dará como resultado una planta mucho más densa y con el doble de puntas de floración. Sin embargo, debes dejar de pinzar a mediados del verano para permitir que la planta desarrolle las yemas florales.

La eliminación constante de las flores marchitas («deadheading») es una forma de poda continua que engaña a la planta. Su objetivo natural es producir semillas después de la floración. Al quitar las flores gastadas, evitas que la planta complete su ciclo reproductivo y la animas a redirigir su energía hacia la producción de más flores en un intento de volver a producir semillas. Sigue el tallo de la flor marchita hasta el primer conjunto de hojas sanas y corta justo por encima.

La poda de formación y mantenimiento

La poda de formación es especialmente importante en los primeros años de la planta para establecer una estructura fuerte y bien ramificada. El objetivo es crear un «esqueleto» de ramas principales que soporte el crecimiento futuro. Esto se logra mediante la selección de unos pocos tallos fuertes como líderes y la poda de los demás para fomentar la ramificación lateral. El pinzado regular durante la primera o segunda temporada es la mejor manera de conseguir una planta densa y bien formada desde el principio.

A medida que la planta madura, la poda de mantenimiento se vuelve crucial para su salud y apariencia. Esta poda implica la eliminación selectiva de cualquier tallo que esté muerto, dañado o enfermo tan pronto como lo detectes, sin importar la época del año. La madera muerta no solo es antiestética, sino que también puede ser un punto de entrada para plagas y enfermedades. Utiliza siempre herramientas desinfectadas para estos cortes.

La poda de mantenimiento también incluye el aclareo de la planta. Si el centro de la bugardia se vuelve demasiado denso y congestionado, algunos tallos interiores pueden no recibir suficiente luz y aire. Eliminar selectivamente algunos de los tallos más débiles o aquellos que se cruzan y rozan entre sí abrirá la planta, mejorando la penetración de la luz y la circulación del aire. Esto no solo reduce el riesgo de enfermedades, sino que también permite que la planta dirija su energía a los tallos más fuertes y productivos.

Finalmente, la poda de mantenimiento sirve para controlar el tamaño y la forma de la planta. Puedes recortar cualquier tallo que crezca de forma desproporcionada o fuera de los límites deseados para mantener una apariencia ordenada y equilibrada. Esta es una tarea continua que se puede realizar con pequeños recortes a lo largo de toda la temporada de crecimiento.

Herramientas adecuadas y cuidados post-poda

El uso de herramientas adecuadas es fundamental para realizar una poda limpia y eficaz. La herramienta principal para la bugardia son unas tijeras de podar de mano ( bypass pruners). Este tipo de tijeras tiene dos cuchillas curvas que se cruzan como las de una tijera, realizando un corte limpio y preciso que daña menos el tejido vegetal que las tijeras de yunque. Para tallos más finos o para el pinzado, unas tijeras de jardinería más pequeñas y afiladas pueden ser más manejables.

La limpieza y el afilado de las herramientas son tan importantes como la técnica de corte. Unas cuchillas sin filo pueden aplastar o rasgar los tallos en lugar de cortarlos limpiamente, creando heridas más grandes que tardan más en cicatrizar y son más susceptibles a las infecciones. Mantén tus herramientas afiladas. Además, es absolutamente crucial desinfectar las cuchillas antes de empezar a podar y entre plantas diferentes. Puedes hacerlo limpiándolas con alcohol isopropílico o sumergiéndolas en una solución de una parte de lejía por nueve partes de agua.

Después de realizar una poda importante, especialmente la de finales de invierno, la planta necesita cuidados adecuados para recuperarse y comenzar su nuevo ciclo de crecimiento. Este es el momento perfecto para aplicar una capa de compost fresco alrededor de la base de la planta y comenzar a regar un poco más a medida que las temperaturas suben. El primer riego después de la poda ayuda a asentar el suelo y proporciona la humedad necesaria para el nuevo crecimiento.

Una vez que los nuevos brotes comiencen a aparecer, puedes reanudar tu programa de fertilización. Una aplicación de un fertilizante equilibrado le dará a la planta el impulso de nutrientes que necesita para desarrollar un crecimiento fuerte y vigoroso. Observa la respuesta de la planta a la poda; deberías ver la aparición de múltiples brotes nuevos en las semanas siguientes, una señal segura de que has realizado el trabajo correctamente y de que te espera una temporada llena de flores.

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