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Las enfermedades y plagas del endrino

Linden · 26.08.2025.

El endrino es un verdadero superviviente, un arbusto que encarna la fortaleza y la resistencia del mundo vegetal. Su naturaleza rústica y su coevolución con el ecosistema local lo han dotado de unas defensas naturales formidables, haciendo que rara vez sea víctima de plagas o enfermedades graves. Esta característica lo convierte en un candidato ideal para la jardinería de bajo mantenimiento y, sobre todo, para aquellos que buscan cultivar de una manera ecológica y libre de productos químicos. Sin embargo, ser resistente no significa ser invulnerable. Conocer los posibles adversarios que pueden afectar a tu endrino y, más importante aún, saber cómo prevenir su aparición, es esencial para mantenerlo en un estado de salud óptimo y disfrutar de sus frutos año tras año.

La mejor defensa contra cualquier problema fitosanitario es siempre la prevención. Un endrino que crece en condiciones óptimas –a pleno sol, en un suelo con buen drenaje y con una adecuada circulación de aire– será intrínsecamente más fuerte y menos propenso a enfermar. La mayoría de los problemas surgen cuando la planta está debilitada por algún tipo de estrés, ya sea por una ubicación inadecuada, un riego incorrecto o una nutrición deficiente. Por lo tanto, el primer paso para proteger tu endrino es proporcionarle los cuidados básicos que necesita para prosperar.

Fomentar la biodiversidad en tu jardín es otra estrategia preventiva de un valor incalculable. Crear un hábitat que atraiga a los depredadores naturales de las plagas, como mariquitas, crisopas, arañas y aves insectívoras, es como tener un ejército de guardianes trabajando para ti de forma gratuita. Plantar flores que atraigan a estos insectos beneficiosos, instalar cajas nido o mantener una pequeña zona de hierbas silvestres puede transformar tu jardín en un ecosistema equilibrado donde las plagas difícilmente llegan a convertirse en un problema serio. Este enfoque de control biológico es la base de la jardinería sostenible.

Cuando, a pesar de todo, aparece un problema, es fundamental actuar de forma rápida pero proporcionada. Identificar correctamente la plaga o enfermedad te permitirá elegir el tratamiento más adecuado y menos agresivo para el medio ambiente. A menudo, las soluciones más sencillas, como la eliminación manual de las partes afectadas o la aplicación de remedios caseros y ecológicos, son suficientes para controlar la situación sin necesidad de recurrir a pesticidas o fungicidas de amplio espectro, que pueden dañar a la fauna beneficiosa y alterar el delicado equilibrio de tu jardín.

Identificación de las enfermedades fúngicas más comunes

Las enfermedades más probables que pueden afectar al endrino son las causadas por hongos, especialmente en condiciones de alta humedad ambiental y poca ventilación. Una de las más conocidas es el oídio, causado por diversos hongos como Podosphaera tridactyla. Se manifiesta como un recubrimiento polvoriento de color blanco o grisáceo en la superficie de las hojas, los brotes jóvenes y, en ocasiones, los frutos. Aunque no suele ser letal, si la infección es severa puede debilitar a la planta al reducir su capacidad fotosintética, provocando la deformación y caída prematura de las hojas.

Otra enfermedad fúngica que puede aparecer es la roya. Esta enfermedad, provocada por hongos del género Puccinia, se caracteriza por la aparición de pequeñas pústulas o bultos de color anaranjado o marrón rojizo en el envés de las hojas. Si se frotan, liberan un polvillo que son las esporas del hongo. Con el tiempo, en el haz de la hoja pueden aparecer manchas amarillentas o marrones. Al igual que el oídio, un ataque de roya debilita a la planta y puede causar una defoliación prematura si las condiciones le son favorables.

El chancro, aunque menos común en endrinos bien cuidados, es una enfermedad más grave que afecta a la corteza de las ramas y el tronco. Causado por hongos como Nectria galligena, provoca la aparición de zonas hundidas, agrietadas y de aspecto necrótico en la madera. A menudo, el chancro se desarrolla a partir de una herida de poda mal cicatrizada o de daños mecánicos. Esta enfermedad puede llegar a anillar una rama, interrumpiendo el flujo de savia y causando la muerte de todo lo que se encuentra por encima de la lesión.

La prevención es clave para evitar estas enfermedades. Asegura una buena circulación de aire podando el arbusto para aclarar su centro y evita mojar el follaje durante el riego. Al podar, utiliza siempre herramientas limpias y desinfectadas para no transmitir enfermedades de una planta a otra, y realiza cortes limpios que faciliten la cicatrización. Si detectas hojas o ramas afectadas, pódalas y destrúyelas (no las añadas al compost) para evitar la propagación de las esporas.

Plagas que atacan al endrino

Aunque el endrino es poco apetecible para muchas plagas gracias a sus defensas naturales, no es inmune a todas ellas. Los pulgones son, quizás, los visitantes no deseados más frecuentes. Estos pequeños insectos chupadores, generalmente de color verde o negro, tienden a congregarse en las puntas de los brotes más tiernos y en el envés de las hojas jóvenes, donde se alimentan de la savia. Una infestación fuerte puede provocar la deformación de las hojas y debilitar los nuevos crecimientos. Además, los pulgones excretan una melaza azucarada que puede atraer a las hormigas y favorecer la aparición del hongo de la negrilla.

Las orugas de diversas especies de lepidópteros también pueden alimentarse de las hojas del endrino. La mariposa Satyrium spini, por ejemplo, tiene en el endrino una de sus plantas nutricias principales. Aunque la presencia de algunas orugas es un indicador de la salud y biodiversidad de tu jardín, una plaga masiva podría llegar a defoliar partes importantes del arbusto. Sin embargo, esto es extremadamente raro en un jardín equilibrado, donde las aves y otros depredadores suelen mantener a las poblaciones de orugas bajo control. La inspección visual regular te permitirá detectar su presencia y eliminarlas manualmente si fuera necesario.

Los ácaros, como la araña roja (Tetranychus urticae), pueden aparecer en condiciones de tiempo muy caluroso y seco. Estos diminutos arácnidos son difíciles de ver a simple vista, pero su presencia se delata por la aparición de finas telarañas en el envés de las hojas y un moteado amarillento en el haz. Se alimentan de la savia de las células vegetales, lo que provoca la decoloración y desecación de las hojas. Un ambiente húmedo les resulta desfavorable, por lo que pulverizar las hojas con agua (a primera hora del día) puede ayudar a prevenir su proliferación.

En raras ocasiones, el endrino puede ser atacado por algunos escarabajos o gorgojos que pueden dañar las flores o los frutos jóvenes. Sin embargo, la robustez general de la planta y la dureza de sus frutos en las primeras etapas de desarrollo hacen que estos daños sean poco significativos. La clave para manejar estas plagas es, de nuevo, el fomento de sus enemigos naturales. Un jardín diverso y sin pesticidas es el mejor repelente que puedes ofrecer a tu endrino, permitiendo que el ecosistema se regule por sí mismo.

Estrategias de prevención y control integrado

La mejor estrategia para mantener a raya las enfermedades y plagas es el Manejo Integrado de Plagas (MIP). Este enfoque holístico no busca la erradicación total, sino mantener las poblaciones de plagas y patógenos por debajo de un umbral que cause daño económico o estético significativo. La base del MIP es la prevención. Esto incluye seleccionar variedades resistentes si es posible, elegir una ubicación de plantación adecuada con pleno sol y buen drenaje, y mantener la planta fuerte y saludable mediante un riego y una nutrición equilibrados.

Una parte fundamental de la prevención es la higiene del jardín. Retira y destruye las hojas caídas enfermas y los frutos momificados al final de la temporada, ya que pueden albergar esporas de hongos que hibernan y reinfectan la planta la primavera siguiente. Al podar, elimina siempre la madera muerta, dañada o enferma, ya que son puntos de entrada para patógenos. Desinfecta tus herramientas de poda con alcohol o lejía diluida entre cortes, especialmente si has estado trabajando en una planta enferma.

El monitoreo regular es otro pilar del MIP. Inspecciona tu endrino al menos una vez por semana, prestando especial atención al envés de las hojas y a los brotes nuevos. Detectar un problema en sus etapas iniciales te da una ventaja enorme y te permite actuar con métodos de bajo impacto. Si encuentras unos pocos pulgones, puedes simplemente aplastarlos con los dedos o eliminarlos con un chorro de agua. Si ves una rama con oídio, pódala antes de que la enfermedad se extienda.

Cuando la prevención y las medidas culturales no son suficientes y es necesario intervenir, el MIP prioriza los métodos de control de menor riesgo. Se prefieren los métodos biológicos (liberación de depredadores naturales), mecánicos (trampas, barreras) y el uso de productos biorracionales (jabón potásico, aceite de neem, extractos de plantas) antes de recurrir a los pesticidas químicos de amplio espectro. Estos últimos deben ser siempre el último recurso, utilizados de forma selectiva y siguiendo estrictamente las instrucciones para minimizar su impacto en el medio ambiente.

Tratamientos ecológicos y remedios caseros

Si necesitas intervenir contra una plaga o enfermedad en tu endrino, existen numerosas opciones ecológicas muy efectivas. Para el control de pulgones, ácaros y otros insectos de cuerpo blando, una de las soluciones más seguras y eficaces es el jabón potásico. Diluido en agua según las instrucciones del fabricante y pulverizado sobre las zonas afectadas, actúa disolviendo la cutícula protectora de los insectos, causando su deshidratación y muerte. No es tóxico para los humanos ni para la mayoría de los insectos beneficiosos, y se degrada rápidamente.

El aceite de neem, extraído de las semillas del árbol del mismo nombre, es otro potente aliado en la jardinería ecológica. Actúa como insecticida, fungicida y acaricida. Interfiere con el sistema hormonal de los insectos, impidiendo que se alimenten, muden y se reproduzcan. También tiene un efecto repelente. Es eficaz contra pulgones, orugas y ácaros, y también ayuda a controlar hongos como el oídio. Debe aplicarse diluido en agua, preferiblemente al atardecer para evitar quemaduras en las hojas y para no afectar a los polinizadores, que están menos activos a esa hora.

Para combatir las enfermedades fúngicas como el oídio o la roya, puedes recurrir a tratamientos tradicionales como el azufre o el cobre. El azufre en polvo o mojable es muy eficaz para prevenir y controlar el oídio. El oxicloruro de cobre o el caldo bordelés son fungicidas de contacto efectivos contra una amplia gama de hongos, pero deben usarse con precaución, ya que su acumulación en el suelo puede ser tóxica. Ambos deben aplicarse de forma preventiva, antes de que la enfermedad se establezca, y siempre siguiendo las dosis recomendadas.

También existen remedios caseros que pueden ser de gran ayuda. Una infusión de ajo o de guindilla (chile) tiene propiedades repelentes contra muchos insectos. Una decocción de cola de caballo (Equisetum arvense), rica en sílice, refuerza las paredes celulares de la planta y actúa como un excelente preventivo contra los hongos. La clave de estos tratamientos es la constancia; a menudo requieren aplicaciones más frecuentes que los productos químicos, pero son una forma segura y sostenible de proteger tu endrino y el ecosistema de tu jardín.

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