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La poda y el recorte de la zamioculca

Linden · 19.08.2025.

La poda de la zamioculca es una tarea de bajo mantenimiento que no se realiza con frecuencia, pero es esencial para mantener la planta con un aspecto limpio y saludable. A diferencia de otras plantas que necesitan un recorte constante para promover la ramificación, la zamioculca tiene un crecimiento más columnar y su poda se centra principalmente en la eliminación de follaje dañado o envejecido. Un recorte apropiado mejora la estética y redirige la energía de la planta hacia el crecimiento de nuevos tallos sanos.

¿Cuándo y por qué podar?

La poda de la zamioculca se realiza principalmente con fines estéticos y de salud. El mejor momento para podar es durante el crecimiento activo, en primavera o verano. En este momento, la planta tiene la energía necesaria para recuperarse del recorte y producir nuevos tallos.

Las principales razones para podar son:

  1. Eliminar hojas amarillas o muertas: Es un proceso natural que las hojas más viejas se pongan amarillas y mueran. Al cortar estas hojas, la planta no desperdicia energía tratando de mantener un follaje que ya no es viable.
  2. Quitar tallos dañados: Si un tallo se ha roto o está dañado por una plaga o enfermedad, es mejor eliminarlo para prevenir la propagación de problemas.
  3. Controlar el tamaño y la forma: Si la zamioculca se ha vuelto demasiado grande para su espacio, puedes podar algunos de los tallos más altos para mantenerla compacta.

Es crucial utilizar herramientas de poda limpias y afiladas, como tijeras o un cuchillo. La esterilización de las herramientas con alcohol isopropílico previene la transmisión de enfermedades de una planta a otra.

A diferencia de otras plantas, la zamioculca no se beneficia de la poda para promover una forma más tupida. Su estructura de crecimiento es naturalmente vertical, y el recorte de los tallos no la hará ramificarse de la misma manera que lo hacen otras plantas.

La técnica de poda correcta

El método de poda es simple y directo. Para eliminar un tallo completo, corta lo más cerca posible de la base de la planta, justo por encima del rizoma. Haz un corte limpio y recto para minimizar el daño. Esto asegura que no queden tocones que puedan pudrirse.

Si solo quieres eliminar una hoja dañada, córtala en la base del peciolo. Al igual que con los tallos, usa una herramienta afilada y limpia para hacer un corte preciso.

Después de la poda, es importante dejar que la herida cicatrice. El corte puede exudar un poco de savia, que es irritante para la piel. Es recomendable usar guantes al podar. La zamioculca es una planta tóxica si se ingiere, así que mantenla alejada de mascotas y niños.

No es necesario aplicar ningún tipo de sellador o «cicatrizante» en las heridas de la poda. La planta se curará sola.

Recorte de raíces y trasplante

El recorte de raíces no es una práctica común para la zamioculca, ya que sus raíces son en realidad rizomas carnosos. Sin embargo, durante un trasplante, puedes encontrar rizomas que se han dañado o que tienen signos de podredumbre. En este caso, utiliza un cuchillo afilado para cortar las partes blandas y podridas.

El trasplante es una excelente oportunidad para evaluar el sistema radicular y la salud general de la planta. Si los rizomas están demasiado apretados en la maceta, es el momento de considerar la división de la planta.

El trasplante debe hacerse en primavera o verano, cuando la planta está en crecimiento activo. Elige una maceta que sea solo un par de centímetros más grande que la anterior y usa un sustrato fresco y bien drenado.

Después del trasplante, riega ligeramente y espera a que el sustrato se seque por completo antes del siguiente riego. La planta necesita tiempo para recuperarse y establecer sus raíces en el nuevo medio.

La limpieza del follaje

Además de la poda, el mantenimiento del follaje es un aspecto importante del cuidado. El polvo puede acumularse en las hojas, obstruyendo los poros y dificultando la fotosíntesis. La zamioculca tiene hojas grandes y cerosas, lo que las hace fáciles de limpiar.

Con un paño suave y húmedo, limpia suavemente la superficie de cada hoja para eliminar el polvo. Esto no solo ayuda a que la planta respire mejor, sino que también resalta el brillo natural y el color de las hojas. Puedes hacerlo una vez al mes o cada vez que notes que el follaje está polvoriento.

La limpieza del follaje es una excelente oportunidad para inspeccionar la planta de cerca en busca de signos de plagas o enfermedades. El examen regular te ayudará a detectar cualquier problema a tiempo y a tomar las medidas correctivas necesarias.

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