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La plantación y propagación de la spiraea

Linden · 06.09.2025.

Plantar y propagar la spiraea son procesos sencillos que permiten disfrutar de la belleza de estos arbustos en diversas partes del jardín o compartirlos con otros aficionados. El éxito de la plantación comienza con una cuidadosa selección del lugar y una preparación meticulosa del suelo, sentando las bases para un crecimiento saludable y vigoroso desde el primer día. Este arbusto es conocido por su facilidad de establecimiento, lo que lo convierte en una opción ideal incluso para aquellos que se inician en el mundo de la jardinería. Entender los pasos correctos para su plantación asegurarÔ que la planta se adapte rÔpidamente a su nuevo hogar y despliegue todo su potencial ornamental.

Una vez que tienes un ejemplar sano, propagarlo es una tarea gratificante que te permite multiplicar tus plantas sin coste alguno. Existen varios métodos de propagación efectivos para la spiraea, siendo los esquejes y la división de matas los mÔs comunes y exitosos. Cada técnica tiene su momento ideal y sus particularidades, pero ambas son accesibles para el jardinero aficionado con herramientas bÔsicas. La propagación no solo expande tu colección, sino que también es una excelente manera de rejuvenecer plantas mÔs viejas y asegurar su continuidad en el jardín.

El proceso de plantación debe planificarse considerando la época del año. La primavera y el otoño son los mejores momentos para plantar la spiraea, ya que las temperaturas mÔs suaves y la humedad del suelo favorecen un establecimiento rÔpido de las raíces. Evita plantar durante el calor extremo del verano o cuando el suelo estÔ congelado en invierno, ya que estas condiciones suponen un estrés innecesario para la planta. Una planificación adecuada del calendario de plantación es un factor clave para minimizar el shock del trasplante.

Tanto si estÔs introduciendo un nuevo arbusto en tu jardín como si estÔs multiplicando los que ya tienes, seguir unas pautas claras y metódicas garantizarÔ los mejores resultados. Desde la profundidad del hoyo de plantación hasta el cuidado posterior de los nuevos esquejes, cada paso contribuye al vigor y la longevidad de la planta. Con un poco de conocimiento y prÔctica, llenar tu jardín con la encantadora floración de la spiraea se convierte en una tarea fÔcil y muy satisfactoria.

La selección del sitio y la preparación del suelo

El primer paso para una plantación exitosa es elegir la ubicación perfecta. La mayoría de las variedades de spiraea prosperan a pleno sol, lo que significa que necesitan al menos seis horas de luz solar directa al día para florecer profusamente y mantener un follaje denso y colorido. Si bien pueden tolerar algo de sombra parcial, su rendimiento ornamental se verÔ disminuido. Observa la trayectoria del sol en tu jardín para identificar el lugar que cumpla con estos requisitos de luz, asegurando el mÔximo potencial de la planta.

El suelo debe ser fértil y, lo mÔs importante, tener un excelente drenaje. La spiraea no tolera el encharcamiento, que puede conducir rÔpidamente a la pudrición de las raíces. Para evaluar el drenaje, puedes cavar un hoyo de unos 30 cm de profundidad, llenarlo de agua y observar cuÔnto tiempo tarda en desaparecer. Si el agua permanece por mÔs de unas pocas horas, serÔ necesario mejorar la estructura del suelo. La incorporación de materia orgÔnica como compost, turba o arena gruesa ayudarÔ a airear los suelos arcillosos y mejorar su capacidad de drenaje.

Una vez seleccionado el lugar, la preparación del Ôrea de plantación es crucial. Despeja la zona de malas hierbas y césped en un diÔmetro de al menos 60-90 cm para eliminar la competencia por el agua y los nutrientes. Cava un hoyo de plantación que sea dos veces mÔs ancho que el cepellón de la planta y de la misma profundidad. Es importante no plantar el arbusto demasiado profundo, ya que esto puede dificultar su desarrollo; la parte superior del cepellón debe quedar a nivel con el suelo circundante.

Antes de colocar la planta en el hoyo, es muy recomendable enriquecer la tierra que has extraído. Mézclala con una buena cantidad de compost maduro o estiércol bien descompuesto. Esta enmienda no solo aportarÔ nutrientes de liberación lenta, sino que también mejorarÔ la estructura del suelo, facilitando el crecimiento de las nuevas raíces. Esta preparación inicial proporciona a tu spiraea una base sólida para un crecimiento saludable y vigoroso en los años venideros.

El proceso de plantación paso a paso

Una vez que el hoyo estÔ preparado y la tierra enmendada, es hora de plantar el arbusto. Saca la spiraea de su contenedor con cuidado, tratando de mantener el cepellón intacto. Si las raíces estÔn muy compactadas o giran en círculos en el fondo (lo que se conoce como «raíces en espiral»), es importante aflojarlas suavemente con los dedos o hacer unos cortes verticales poco profundos en los lados del cepellón. Esto anima a las raíces a extenderse hacia el nuevo suelo en lugar de seguir creciendo en círculo.

Coloca la planta en el centro del hoyo, asegurÔndote de que la parte superior del cepellón esté al mismo nivel que el suelo circundante. Puedes usar el mango de la pala o una tabla colocada a través del hoyo como guía para verificar la altura correcta. Rellena el hoyo con la mezcla de tierra enmendada que preparaste, apisonando suavemente a medida que avanzas para eliminar las bolsas de aire. Evita compactar demasiado el suelo, ya que esto podría dificultar la penetración del agua y el crecimiento de las raíces.

DespuƩs de rellenar completamente el hoyo, crea un pequeƱo alcorque o anillo de tierra alrededor de la base de la planta. Este borde ayudarƔ a retener el agua y a dirigirla directamente a la zona de las raƭces durante el riego. Riega la planta reciƩn plantada de manera abundante y profunda, permitiendo que el agua penetre bien en el suelo y asiente la tierra alrededor de las raƭces. Este primer riego es fundamental para eliminar las bolsas de aire restantes y asegurar un buen contacto entre las raƭces y el suelo.

Para finalizar, aplica una capa de 2 a 3 pulgadas de mantillo orgÔnico, como corteza triturada o compost, alrededor de la base del arbusto. El mantillo ayudarÔ a conservar la humedad del suelo, a regular su temperatura y a suprimir el crecimiento de malas hierbas. Asegúrate de no amontonar el mantillo directamente contra el tallo de la planta, ya que esto puede promover la pudrición. Deja un pequeño círculo libre de mantillo alrededor del tronco para permitir la circulación de aire.

La propagación por esquejes de madera blanda

La propagación por esquejes es uno de los métodos mÔs populares y eficaces para multiplicar la spiraea. Los esquejes de madera blanda, tomados a finales de la primavera o principios del verano, suelen ser los que enraízan con mayor facilidad. Selecciona brotes nuevos de la temporada que estén sanos y vigorosos. El tallo ideal debe ser flexible pero lo suficientemente firme como para romperse si se dobla bruscamente. Evita los tallos muy tiernos y verdes del extremo y los que ya son leñosos en la base.

Con una navaja afilada y desinfectada o unas tijeras de podar, corta secciones de tallo de unos 10-15 cm de longitud. Realiza el corte justo por debajo de un nudo (el punto donde crece una hoja), ya que es en estas zonas donde la concentración de hormonas de enraizamiento es mayor. Retira las hojas de la mitad inferior del esqueje para reducir la pérdida de agua por transpiración y evitar que se pudran en el sustrato. Si el esqueje tiene flores o botones florales, elimínalos también para que la energía se concentre en la formación de raíces.

Para aumentar las posibilidades de Ʃxito, puedes sumergir la base del esqueje en una hormona de enraizamiento en polvo o en gel. Aunque no es estrictamente necesario para la spiraea, que suele enraizar bien por sƭ sola, este paso puede acelerar el proceso y mejorar el porcentaje de enraizamiento. Sacude el exceso de polvo antes de plantar el esqueje. Prepara una maceta o bandeja con un sustrato ligero y bien drenado, como una mezcla de turba y perlita o arena.

Inserta la base del esqueje en el sustrato, enterrando aproximadamente la mitad de su longitud. Riega suavemente para asentar el sustrato alrededor del tallo. Para mantener una alta humedad ambiental, que es crucial para que los esquejes no se deshidraten, puedes cubrir la maceta con una bolsa de plÔstico transparente o la mitad de una botella de plÔstico. Coloca los esquejes en un lugar cÔlido y con luz indirecta brillante. Mantén el sustrato húmedo y ventila la cubierta diariamente para evitar la formación de moho. En unas 4 a 6 semanas, los esquejes deberían haber desarrollado raíces.

La propagación por división de la mata

La división de la mata es otro método de propagación muy efectivo, ideal para rejuvenecer arbustos de spiraea mÔs viejos y grandes que pueden haberse vuelto leñosos o menos floríferos en el centro. Este proceso se realiza mejor a finales del otoño, después de que la planta haya perdido sus hojas, o a principios de la primavera, antes de que comience el nuevo crecimiento. La planta estÔ en estado de dormancia durante estos períodos, lo que minimiza el estrés del trasplante y la división.

El primer paso es desenterrar cuidadosamente todo el arbusto. Utiliza una pala afilada para cavar un círculo amplio alrededor de la planta, asegurÔndote de profundizar lo suficiente para levantar la mayor parte del cepellón. Una vez que hayas aflojado la tierra alrededor, haz palanca suavemente para sacar la planta del suelo. Sacude el exceso de tierra de las raíces para poder ver claramente la estructura de la corona y dónde se pueden hacer las divisiones.

Con el cepellón expuesto, utiliza una pala afilada, un cuchillo de jardín resistente o incluso una sierra de mano para dividir la mata en varias secciones. Cada sección debe tener una porción saludable de raíces y al menos unos cuantos tallos o yemas de crecimiento. Intenta hacer divisiones limpias y decisivas. No te preocupes si algunas raíces se rompen en el proceso; la spiraea es bastante resistente y se recuperarÔ. Descarta las partes centrales mÔs viejas y leñosas si parecen débiles o improductivas.

Una vez dividida, cada nueva sección es una planta independiente y debe ser replantada lo antes posible para evitar que las raíces se sequen. Sigue el mismo procedimiento que para plantar un nuevo arbusto, preparando un hoyo adecuado y enriqueciendo el suelo con compost. Planta cada división a la misma profundidad a la que crecía originalmente y riega abundantemente. Es posible que las plantas recién divididas necesiten un poco mÔs de atención con el riego durante su primera temporada hasta que se establezcan por completo.

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