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La plantación y propagación de la plumeria

Daria · 30.05.2025.

La plantación y propagación de la plumeria son procesos gratificantes que permiten multiplicar estas bellezas tropicales y compartir su encanto. Dominar estas técnicas no solo te dará más plantas, sino que también profundizará tu comprensión del ciclo de vida y la resiliencia de esta especie. Ya sea que comiences con un esqueje de una planta madura o te aventures a germinar semillas, cada método ofrece una experiencia única. El éxito en ambos casos depende de seguir procedimientos específicos, proporcionar las condiciones adecuadas y tener una dosis de paciencia, ya que la plumeria se toma su tiempo para establecerse y florecer.

La propagación a partir de esquejes es el método más popular y rápido para obtener una nueva planta genéticamente idéntica a la planta madre. Esto significa que si tomas un esqueje de una plumeria con flores rosas, tu nueva planta también producirá flores rosas. Este método es ideal para principiantes y ofrece una alta tasa de éxito si se realiza correctamente. El proceso implica tomar una sección de una rama, permitir que el corte se seque y cicatrice, y luego plantarlo en un sustrato adecuado para que desarrolle sus propias raíces.

Por otro lado, la propagación a partir de semillas es una aventura fascinante que puede resultar en una planta con características completamente nuevas y únicas. Las flores de la planta resultante pueden variar en color, forma y fragancia en comparación con la planta madre, debido a la variabilidad genética de la polinización cruzada. Sin embargo, este método requiere más tiempo y paciencia, ya que una plumeria cultivada desde semilla puede tardar varios años en alcanzar la madurez suficiente para florecer por primera vez. Es una opción excelente para los entusiastas que disfrutan de la emoción de lo inesperado.

Tanto en la plantación de esquejes como en el trasplante de plantas ya establecidas, la elección del momento y la preparación del sustrato son fundamentales. La primavera y el principio del verano son las épocas ideales para estas tareas, ya que el clima cálido y los días largos promueven un enraizamiento y un crecimiento rápidos. Un sustrato con un drenaje excepcional es no negociable para evitar la pudrición, el principal enemigo de las plumerias jóvenes y en proceso de enraizamiento. Con las técnicas adecuadas, podrás llenar tu jardín o tu hogar con la fragancia embriagadora de estas flores espectaculares.

Selección y preparación de esquejes

El primer paso para una propagación exitosa es seleccionar un esqueje saludable y vigoroso de una planta madre bien establecida. Busca ramas que sean firmes, de color grisáceo o verdoso, y que tengan un diámetro de al menos dos centímetros. Las ramas más maduras y leñosas tienden a enraizar con mayor facilidad que los brotes jóvenes y verdes. La longitud ideal para un esqueje es de entre 20 y 40 centímetros. Utiliza una herramienta de corte afilada y esterilizada, como una navaja o unas tijeras de podar, para hacer un corte limpio y en ángulo en la base del esqueje.

Una vez que hayas tomado el esqueje, es crucial prepararlo adecuadamente antes de plantarlo. Retira la mayoría de las hojas inferiores, dejando solo unas pocas en la punta, si las hay. Esto reduce la pérdida de agua por transpiración y permite que el esqueje concentre su energía en el desarrollo de raíces en lugar de en mantener el follaje. Si el corte sangra una savia lechosa y blanca (látex), puedes sumergir la base en agua fría durante unos minutos para detener el flujo.

El paso más importante en la preparación es el período de curado o secado. El extremo cortado del esqueje debe dejarse secar al aire en un lugar cálido, sombreado y bien ventilado durante un período de cinco a quince días. El tiempo exacto dependerá de la humedad y la temperatura ambiente. El objetivo es que se forme un callo duro y seco sobre la superficie del corte. Este callo actúa como una barrera protectora que previene la entrada de hongos y bacterias que podrían causar la pudrición del esqueje una vez plantado.

Opcionalmente, antes de plantar, puedes sumergir la base callosa del esqueje en una hormona de enraizamiento en polvo. Aunque no es estrictamente necesario, ya que las plumerias enraízan con relativa facilidad, el uso de hormonas puede acelerar el proceso de desarrollo de las raíces y aumentar la tasa de éxito. Sacude el exceso de polvo para que solo quede una capa fina, ya que un exceso de hormona puede ser contraproducente y dañar el tejido del esqueje.

El proceso de plantación del esqueje

Una vez que el esqueje ha formado un buen callo en su base, está listo para ser plantado. Prepara una maceta de un tamaño adecuado, generalmente de unos 10-15 cm de diámetro, que tenga excelentes agujeros de drenaje. Llena la maceta con una mezcla de sustrato de drenaje rápido, como la que se utiliza para cactus y suculentas, a la que puedes añadir perlita extra para mejorar aún más la aireación. No compactes demasiado el sustrato, déjalo relativamente suelto.

Inserta la base del esqueje en el sustrato a una profundidad de unos 5 a 8 centímetros. Si el esqueje es alto e inestable, puedes utilizar tutores o piedras en la superficie del sustrato para mantenerlo erguido y evitar que se mueva. El movimiento puede dañar las delicadas raíces nuevas a medida que se forman. Coloca la maceta en un lugar muy cálido y luminoso, pero protegido del sol directo e intenso, que podría deshidratar el esqueje antes de que tenga raíces para absorber agua.

El riego en esta etapa es crítico y diferente al de una planta establecida. Justo después de plantar, riega el sustrato ligeramente, solo para humedecerlo un poco. Después de este riego inicial, no vuelvas a regar hasta que veas signos de nuevo crecimiento, como la aparición de pequeñas hojas nuevas en la punta. Regar un esqueje sin raíces es la forma más segura de provocar su pudrición. El esqueje obtendrá la humedad que necesita del aire y de la poca humedad residual en el sustrato.

La paciencia es clave durante el proceso de enraizamiento, que puede tardar desde unas pocas semanas hasta varios meses. La primera señal de éxito es la aparición de nuevas hojas. Una vez que las hojas nuevas midan varios centímetros de largo, es un buen indicio de que se ha formado un sistema de raíces. En este punto, puedes comenzar a regar la planta con más regularidad, permitiendo que el sustrato se seque entre riegos, y gradualmente aclimatarla a una mayor exposición solar directa.

Propagación a partir de semillas

La propagación de plumerias a partir de semillas comienza con la obtención de semillas frescas y viables. Las semillas se forman en largas vainas que aparecen después de la floración. Cuando la vaina madura, se seca, se vuelve marrón y se abre para liberar las semillas aladas. Es importante recolectar las semillas tan pronto como la vaina comience a abrirse para evitar que el viento las disperse. Si no tienes acceso a una planta con vainas, puedes comprar semillas de proveedores de confianza, asegurándote de que sean frescas, ya que su viabilidad disminuye con el tiempo.

Antes de sembrar, es recomendable remojar las semillas en agua tibia durante unas horas, o incluso toda la noche. Este proceso ayuda a ablandar la cubierta de la semilla y a acelerar el proceso de germinación. Prepara una bandeja de semillero o macetas pequeñas con un sustrato estéril y de buen drenaje, como una mezcla de turba y perlita. La esterilidad del medio es importante para prevenir enfermedades fúngicas que pueden afectar a las plántulas jóvenes.

Siembra las semillas insertando el extremo más grueso o hinchado en el sustrato, dejando el «ala» de papel o la parte más delgada sobresaliendo por encima de la superficie. Esta orientación imita la forma en que la semilla caería y se plantaría de forma natural. Coloca las semillas con una separación de unos pocos centímetros para darles espacio para crecer. Después de sembrar, riega suavemente el sustrato para que quede húmedo pero no empapado, y coloca la bandeja en un lugar cálido y luminoso, pero sin sol directo.

La germinación suele ocurrir en un plazo de una a tres semanas. Durante este tiempo, mantén el sustrato constantemente húmedo, pero nunca encharcado. El uso de una cubierta de plástico transparente o una cúpula de propagación puede ayudar a mantener altos niveles de humedad. Una vez que las plántulas hayan germinado y desarrollado su primer par de hojas verdaderas, puedes retirar la cubierta para mejorar la circulación de aire. Continúa cultivándolas en un lugar luminoso y riega con cuidado hasta que sean lo suficientemente grandes para ser trasplantadas a macetas individuales.

Trasplante de plumerias

El trasplante es una parte necesaria del cuidado de las plumerias cultivadas en maceta, y generalmente se debe hacer cada dos o tres años, o cuando la planta se ha vuelto demasiado grande para su contenedor actual. Las señales de que una plumeria necesita ser trasplantada incluyen raíces que salen por los agujeros de drenaje, un crecimiento lento o un sustrato que se seca muy rápidamente. El mejor momento para trasplantar es en la primavera, justo antes o cuando la planta comienza su nuevo ciclo de crecimiento.

Para trasplantar, elige una maceta que sea solo un poco más grande en diámetro que la actual, aproximadamente de 5 a 10 centímetros más ancha. Un salto a una maceta demasiado grande puede hacer que el sustrato permanezca húmedo durante demasiado tiempo, aumentando el riesgo de pudrición de raíces. Prepara la nueva maceta con un sustrato fresco y de buen drenaje. Con cuidado, saca la plumeria de su maceta actual, inclinando el contenedor de lado y dando unos golpecitos si es necesario para aflojar el cepellón.

Inspecciona el cepellón y desenreda suavemente cualquier raíz que esté enmarañada o circulando en la base. Este es también un buen momento para podar cualquier raíz que esté dañada, enferma o podrida, utilizando tijeras limpias y afiladas. Coloca la planta en la nueva maceta, asegurándote de que la parte superior del cepellón quede al mismo nivel que estaba en la maceta original. Rellena los lados con el nuevo sustrato, presionando suavemente para eliminar las bolsas de aire.

Después del trasplante, riega la planta a fondo para asentar el nuevo sustrato. Luego, coloca la plumeria en un lugar sombreado o con luz indirecta durante una o dos semanas para que se recupere del estrés del trasplante. Durante este período de aclimatación, evita fertilizar y riega con moderación. Una vez que veas signos de nuevo crecimiento, puedes mover gradualmente la planta de vuelta a su ubicación soleada habitual y reanudar tu rutina normal de riego y fertilización.

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