La cuestión de cómo sobrevive la verdolaga de flor al invierno depende enteramente del clima en el que se cultiva. En la mayoría de las regiones templadas, con inviernos fríos y heladas, esta planta sensible al frío se trata estrictamente como una anual. Su ciclo de vida natural la lleva a morir con la llegada de las primeras heladas fuertes, habiendo asegurado previamente su supervivencia a través de la producción de una gran cantidad de semillas. Aceptar este ciclo anual es la aproximación más sencilla y común para los jardineros en estas zonas, que simplemente resiembran o compran nuevas plantas cada primavera.
Sin embargo, para los jardineros que deseen preservar una variedad de color específica o simplemente disfrutar del desafío, existen métodos para ayudar a la verdolaga de flor a «sobrevivir» al invierno. La estrategia más fiable no es intentar que la planta madura sobreviva al aire libre, lo cual es prácticamente imposible en climas helados, sino propagarla antes de que llegue el frío. Tomar esquejes a finales del verano o recolectar sus semillas son dos formas excelentes de asegurar la continuidad de tus plantas favoritas para la siguiente temporada.
En climas completamente libres de heladas, como las zonas de rusticidad USDA 10-11, la verdolaga de flor puede comportarse como una planta perenne de corta duración. En estas condiciones, puede sobrevivir al invierno al aire libre, aunque a menudo su vigor y floración pueden disminuir en su segundo año. Puede que entre en un período de semi-dormancia durante los días más cortos y frescos del invierno, para luego reanudar su crecimiento vigoroso cuando regresen el calor y los días largos de la primavera.
La opción de invernar la planta en el interior es factible, pero presenta sus propios desafíos. Requiere proporcionar a la planta unas condiciones de luz muy intensa, algo difícil de conseguir en un hogar típico durante el invierno. Sin la luz adecuada, la planta se volverá débil, larguirucha y susceptible a plagas. Por estas razones, para la mayoría de los jardineros en climas fríos, la recolección de semillas o la toma de esquejes para enraizar en interior son, con mucho, las opciones más prácticas y exitosas.
Comprendiendo su ciclo de vida anual
En las zonas climáticas donde las temperaturas invernales caen por debajo de cero, la verdolaga de flor funciona como una planta anual de estación cálida. Esto significa que completa todo su ciclo vital en un solo año, desde la germinación de la semilla en primavera hasta la floración en verano y la producción de nuevas semillas en otoño, muriendo finalmente con las primeras heladas. Este ciclo está intrínsecamente ligado a la duración del día y, sobre todo, a la temperatura. Su crecimiento se acelera con el calor y se detiene en seco con el frío.
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La sensibilidad de la planta al frío es extrema. Sus tejidos suculentos, llenos de agua, son particularmente vulnerables a la congelación. Cuando las temperaturas bajan de 0 °C, el agua dentro de las células de la planta se congela, formando cristales de hielo que rompen las paredes celulares. Este daño es irreversible y provoca que la planta se vuelva blanda, negruzca y se colapse por completo. No existe ninguna protección, como el acolchado, que pueda salvar una planta de verdolaga de flor de una helada fuerte en el jardín.
La estrategia de supervivencia de la especie en estos climas no se basa en la resistencia de la planta individual, sino en la producción masiva de semillas. Cada pequeña flor puede producir una cápsula que contiene docenas, si no cientos, de semillas diminutas. Estas semillas están diseñadas para soportar las bajas temperaturas del invierno, permaneciendo latentes en el suelo. Cuando la tierra se calienta en la primavera siguiente y las condiciones de luz son adecuadas, las semillas germinan, dando comienzo a una nueva generación.
Entender y aceptar este ciclo de vida es fundamental para el jardinero. En lugar de luchar contra la naturaleza intentando salvar las plantas adultas, el enfoque más sabio es trabajar con ella. Esto puede significar dejar que la planta se auto-siembre si no te importa un aspecto más naturalista, o recolectar activamente las semillas para tener un control total sobre la siembra de la próxima temporada. Esta perspectiva convierte el final de la temporada no en una pérdida, sino en una preparación para la siguiente.
Opciones para climas fríos: semillas y esquejes
La recolección de semillas es el método más sencillo y tradicional para asegurar la presencia de la verdolaga de flor en tu jardín año tras año. Hacia el final del verano y principios del otoño, observa las flores una vez que se han marchitado. En su base, verás que se forma una pequeña cápsula verde. Deja que estas cápsulas maduren en la planta hasta que se sequen y se vuelvan de un color pajizo. Este es el momento de recolectarlas, justo antes de que se abran por sí solas y dispersen su contenido.
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Para recolectar las semillas, simplemente corta las cápsulas secas y colócalas en un sobre de papel o en un recipiente abierto. Guárdalas en un lugar seco y cálido durante una semana o dos para asegurar que estén completamente secas. Luego, puedes romper las cápsulas para liberar las innumerables semillas negras y diminutas. Etiqueta el sobre con el nombre de la variedad y el año de recolección, y almacénalo en un lugar fresco, oscuro y seco, como un cajón o un armario, hasta la primavera siguiente.
La toma de esquejes es otra excelente opción, especialmente si quieres clonar una planta con un color o patrón de floración particularmente espectacular. A finales del verano, unas semanas antes de la primera helada prevista, corta varias secciones de tallo sanas de unos 10-15 cm de largo. Retira las hojas de la mitad inferior de cada esqueje. Estos esquejes pueden enraizarse en agua o directamente en una maceta con una mezcla de tierra ligera y bien drenada.
Una vez enraizados, los esquejes pueden cultivarse como plantas de interior durante el invierno. Necesitarán el lugar más soleado posible, como una ventana orientada al sur, y un riego muy reducido. Aunque es posible que no florezcan y que su crecimiento sea lento durante el invierno, el objetivo es simplemente mantenerlas vivas. En primavera, cuando el tiempo se caliente, estas nuevas plantas te darán una ventaja considerable en la temporada de crecimiento.
Invernada en interiores como planta de maceta
Traer al interior una maceta entera de verdolaga de flor para pasar el invierno es una opción, aunque es la que presenta más desafíos. Antes de la primera helada, elige una planta sana y compacta y revisa a fondo en busca de cualquier signo de plagas. Es una buena idea tratar preventivamente la planta con un jabón insecticida o aceite de neem antes de introducirla en casa para evitar traer plagas como pulgones o ácaros araña al interior.
El requisito más crítico para la supervivencia de la verdolaga de flor en interiores es la luz. Necesita una cantidad de luz solar directa muy alta, que a menudo es difícil de proporcionar en una casa durante los meses de invierno, cuando los días son más cortos y el sol está más bajo en el cielo. Una ventana sin obstrucciones que reciba sol directo durante al menos seis horas al día es el mínimo absoluto. Si no se dispone de esta luz natural, será necesario suplementar con luces de cultivo de espectro completo.
El riego debe reducirse drásticamente durante el invierno. El crecimiento de la planta se ralentizará significativamente debido a la menor intensidad de luz y a las temperaturas más frescas. Riega solo cuando el sustrato esté completamente seco al tacto, lo que podría significar una vez cada varias semanas. El riego excesivo durante este período de semi-dormancia es la forma más segura de matar la planta por pudrición de la raíz. No fertilices la planta en absoluto durante los meses de invierno.
Es normal que la planta pierda algunas hojas o que su crecimiento se vea algo larguirucho a pesar de tus mejores esfuerzos. El objetivo no es que prospere, sino que sobreviva hasta la primavera. Cuando el peligro de heladas haya pasado, comienza a aclimatar la planta gradualmente a las condiciones exteriores durante una o dos semanas antes de dejarla fuera permanentemente. Una vez al aire libre, con el sol intenso y el calor, reanudará su crecimiento vigoroso.
Manejo en climas libres de heladas
En regiones donde las temperaturas invernales raramente o nunca bajan de cero, como en las zonas costeras mediterráneas o subtropicales, la verdolaga de flor puede cultivarse como una planta perenne. En estos climas, la planta no morirá en invierno, aunque su comportamiento puede variar. Puede continuar floreciendo esporádicamente durante los meses más suaves o puede entrar en un estado de semi-dormancia, deteniendo su crecimiento y floración hasta que las condiciones vuelvan a ser óptimas en primavera.
El manejo invernal en estos climas es mínimo. La principal tarea es la limpieza. Hacia el final del otoño o principios del invierno, es una buena práctica recortar cualquier tallo que se haya vuelto demasiado largo, débil o dañado. Esto ayuda a mantener una forma más compacta y ordenada, y puede estimular un crecimiento más denso en la primavera siguiente. También es importante retirar cualquier hoja muerta o materia vegetal en descomposición de la base de la planta para mejorar la circulación de aire y prevenir enfermedades.
El riego durante el invierno debe reducirse considerablemente, incluso en climas cálidos. Las temperaturas más frescas y los días más cortos significan que la planta utiliza menos agua y el suelo se seca más lentamente. Riega solo cuando sea necesario, basándote en la sequedad del suelo, y ten especial cuidado durante los períodos de lluvia invernal para asegurar que el drenaje siga siendo excelente. La fertilización debe suspenderse por completo desde finales de otoño hasta principios de primavera.
Aunque puede sobrevivir como perenne, es común que la verdolaga de flor pierda algo de vigor después de la primera temporada. La floración en el segundo año puede no ser tan prolífica como en el primero. Por esta razón, muchos jardineros en climas cálidos todavía optan por tratarla como una anual, o al menos renovar sus plantas cada dos años tomando esquejes de las plantas existentes. Esto asegura una exhibición floral siempre fresca y espectacular.