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La invernada de la trompeta de ángel

Daria · 02.05.2025.

La trompeta de ángel es una planta de origen tropical y subtropical, lo que significa que no está adaptada para sobrevivir a las temperaturas de congelación. Para los jardineros que viven en climas con inviernos fríos, proporcionar una protección adecuada durante los meses más gélidos es un paso absolutamente crucial para asegurar la supervivencia de la planta año tras año. El proceso de invernada, o hibernación, implica trasladar la planta a un estado de latencia en un lugar protegido donde las raíces no se congelen. Si bien requiere un poco de planificación y esfuerzo en otoño, el resultado es poder disfrutar de la misma planta, ahora más grande y madura, en la siguiente temporada de crecimiento.

El objetivo principal de la invernada es proteger el sistema radicular de la congelación, que es la parte más vulnerable de la planta al frío. Mientras que la parte aérea de la planta puede tolerar heladas muy ligeras y breves, una congelación sólida del suelo matará las raíces y, con ellas, a toda la planta. Por lo tanto, el proceso debe comenzar antes de que lleguen las primeras heladas fuertes del otoño. Es importante monitorear de cerca el pronóstico del tiempo a medida que las temperaturas comienzan a bajar y tener un plan listo para actuar.

La preparación para la invernada comienza a finales del verano y principios del otoño. Como se mencionó en la sección de fertilización, es vital dejar de alimentar a la planta unas 4 a 6 semanas antes de la primera helada prevista. Esto detiene el estímulo de nuevo crecimiento tierno, que es especialmente susceptible al daño por frío, y permite que los tallos existentes comiencen a endurecerse y lignificarse, un proceso que los hace más resistentes. También se debe reducir gradualmente el riego para ayudar a la planta a entrar en un estado de semi-latencia.

Antes de trasladar la planta a su refugio invernal, es una práctica muy recomendable realizar una inspección exhaustiva en busca de plagas. Plagas como la araña roja, los pulgones o la mosca blanca pueden proliferar en el ambiente protegido de un interior durante el invierno y causar graves daños a la planta debilitada. Trata cualquier infestación que encuentres con un jabón insecticida o aceite de neem antes de llevar la planta adentro. Este paso preventivo puede ahorrarte muchos problemas durante los meses de almacenamiento.

Preparación de la planta para el almacenamiento

Una vez que has inspeccionado y tratado las plagas, el siguiente paso es la poda. La poda de invernada es necesaria para reducir el tamaño de la planta y hacerla más manejable para su almacenamiento. No tienes que ser tímido en este punto; la Brugmansia florece en el nuevo crecimiento, por lo que una poda drástica no perjudicará su floración en la siguiente temporada. Generalmente, se recomienda podar la planta hasta reducirla a aproximadamente un tercio de su tamaño original, aunque algunos jardineros la podan aún más severamente.

Al podar, concéntrate en mantener la estructura principal de la planta. Busca las bifurcaciones en forma de ‘Y’ en las ramas, ya que es a partir de estas ‘Y’ donde se formarán las flores en la siguiente temporada. Intenta hacer tus cortes de poda justo por encima de estos puntos si es posible, o al menos asegúrate de dejar varias de estas bifurcaciones intactas en el armazón principal de la planta. Utiliza herramientas de poda afiladas y limpias para hacer cortes limpios y reducir el riesgo de introducir enfermedades.

Después de la poda, es un buen momento para limpiar la planta. Retira todas las hojas restantes de los tallos. Las hojas morirán y caerán de todos modos en el almacenamiento oscuro, y al quitarlas ahora, reduces el desorden y eliminas los posibles escondites para plagas o esporas de hongos. Puede parecer drástico dejar la planta como un esqueleto de tallos desnudos, pero es la forma correcta de prepararla para un período de latencia saludable.

Si tu trompeta de ángel ha estado creciendo en el suelo del jardín, necesitarás desenterrarla con cuidado. Intenta conservar la mayor cantidad posible del cepellón. Utiliza una pala afilada para cavar un círculo amplio alrededor de la base de la planta y luego levanta el cepellón con cuidado. Sacude el exceso de tierra y colócalo en una maceta lo suficientemente grande como para contener las raíces cómodamente. Rellena la maceta con tierra para macetas o la misma tierra del jardín. Riega ligeramente una última vez antes de moverla a su lugar de almacenamiento.

Métodos de almacenamiento invernal

El método más común para invernar una trompeta de ángel es el almacenamiento en latencia en un lugar fresco y oscuro. Un sótano, un garaje libre de heladas o un cobertizo aislado son lugares ideales. La temperatura perfecta para el almacenamiento en latencia está entre 2 y 10 grados Celsius. En estas condiciones de frío y oscuridad, la planta entrará en una latencia completa, no producirá hojas y sus necesidades metabólicas se reducirán al mínimo absoluto. Este es el método más fácil y que requiere menos mantenimiento.

Durante su período de latencia en la oscuridad, la planta necesitará muy poca agua. El objetivo es mantener el cepellón apenas húmedo para evitar que se seque por completo, pero sin exceso de humedad que podría provocar la pudrición de las raíces inactivas. Generalmente, un riego muy ligero una vez al mes es suficiente. Comprueba la tierra periódicamente; si está completamente seca al tacto a varios centímetros de profundidad, dale un poco de agua. Es mucho más probable que una planta muera por exceso de riego durante la latencia que por falta de él.

Una alternativa es el almacenamiento en un lugar fresco y luminoso, como un porche cerrado, un invernadero frío o una habitación luminosa sin calefacción. En estas condiciones, con temperaturas frescas pero con acceso a la luz, la planta puede que no entre en una latencia completa. Puede conservar algunas de sus hojas o incluso intentar producir un crecimiento escaso y débil. Este método requiere un poco más de atención, ya que la planta transpirará más y necesitará ser regada con más frecuencia que una planta en latencia total, aunque todavía mucho menos que durante la temporada de crecimiento.

Si tienes la suerte de contar con un invernadero climatizado o un solárium, puedes intentar mantener tu trompeta de ángel en crecimiento activo durante todo el invierno. Esto requiere mantener temperaturas por encima de los 15 grados Celsius, proporcionar mucha luz (posiblemente suplementaria con luces de cultivo) y continuar con el riego y la fertilización, aunque a un ritmo reducido. Si tienes éxito, podrías incluso ser recompensado con algunas flores durante el invierno. Sin embargo, este método es el que consume más energía y requiere más esfuerzo.

Despertando a la planta en primavera

El proceso de despertar a tu trompeta de ángel de su latencia invernal debe comenzar unas 6 a 8 semanas antes de la última helada prevista en tu zona. Traslada la planta de su lugar de almacenamiento oscuro y fresco a un área más cálida y con luz brillante e indirecta. Este cambio de ambiente le indicará a la planta que es hora de reanudar su crecimiento. Este es también el momento de realizar cualquier poda de limpieza, eliminando cualquier punta de tallo que se haya secado o podrido durante el invierno.

Una vez que la planta esté en un lugar luminoso, realiza un riego completo para rehidratar el cepellón. Después de este riego inicial, deja que la superficie del suelo se seque ligeramente antes de volver a regar. A medida que la planta comience a producir nuevos brotes y hojas, sus necesidades de agua aumentarán gradualmente. Aumenta la frecuencia de riego en consecuencia, pero ten cuidado de no regar en exceso al principio, ya que el nuevo sistema de raíces aún se está desarrollando.

No comiences a fertilizar la planta inmediatamente después de sacarla del almacenamiento. Espera hasta que veas un crecimiento nuevo y vigoroso, lo que indica que el sistema de raíces se ha vuelto activo de nuevo. Comienza con una dosis de fertilizante diluida a la mitad de lo recomendado, utilizando una fórmula equilibrada para apoyar el desarrollo inicial de las hojas y las raíces. A medida que la planta crezca más fuerte y se acerque el momento de moverla al exterior, puedes aumentar gradualmente la concentración y la frecuencia de la fertilización.

Antes de trasladar la planta a su ubicación final en el exterior para el verano, es absolutamente esencial aclimatarla gradualmente a las condiciones exteriores, un proceso conocido como «endurecimiento». Comienza colocando la planta al aire libre en un lugar sombreado y protegido durante unas pocas horas el primer día. A lo largo de una o dos semanas, aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que pasa al aire libre y la cantidad de luz solar directa que recibe. Este proceso evita el shock del trasplante y previene que las nuevas y tiernas hojas se quemen con el sol directo.

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