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La hibernación del clavel de moro

Daria · 23.07.2025.

El clavel de moro (Tagetes) es, en su gran mayoría de variedades cultivadas en jardinería, una planta anual. Esto significa que completa todo su ciclo vital —germinación, crecimiento, floración, producción de semillas y muerte— en el transcurso de una sola temporada de crecimiento. Por su naturaleza, estas plantas no están diseñadas para sobrevivir a las bajas temperaturas y las heladas del invierno en climas templados. Cuando llegan los primeros fríos intensos, la planta inevitablemente muere, habiendo cumplido su propósito biológico de asegurar la siguiente generación a través de sus semillas. Por lo tanto, en un sentido estricto, el concepto de «hibernación» no se aplica a los claveles de moro anuales de la misma forma que a las plantas perennes.

A pesar de su ciclo de vida anual, existen algunas estrategias y consideraciones que un jardinero puede tener en cuenta al acercarse el final de la temporada. La principal forma de asegurar la presencia de estas alegres flores año tras año es mediante la recolección y el guardado de sus semillas. Esta práctica no solo es económica, sino que también permite seleccionar las semillas de las plantas más sanas y con las flores más espectaculares, perpetuando así las mejores características de tu jardín. Dejar que algunas de las últimas flores se sequen completamente en la planta es el primer paso para esta tarea de conservación.

En algunas regiones con inviernos extremadamente suaves, casi libres de heladas (zonas de rusticidad USDA 10-11), algunas variedades de Tagetes pueden comportarse como perennes de vida corta, sobreviviendo durante el invierno y rebrotando en la primavera. Sin embargo, esto es la excepción y no la norma. Incluso en estos climas, las plantas tienden a volverse leñosas y menos vigorosas en su segundo año, por lo que muchos jardineros prefieren tratarlas como anuales y replantar de nuevo cada primavera para obtener los mejores resultados.

La principal tarea del jardinero al final de la temporada es, por tanto, la limpieza y preparación del terreno para el próximo año. Una vez que las heladas han marchitado y matado las plantas, es importante retirarlas por completo del jardín. Dejar los restos vegetales en descomposición sobre el suelo durante el invierno puede crear un refugio ideal para plagas y esporas de enfermedades fúngicas, que podrían afectar a los cultivos de la siguiente primavera. Esta limpieza de final de temporada es una práctica cultural fundamental para la salud a largo plazo del jardín.

El ciclo de vida anual del Tagetes

Comprender el ciclo de vida del clavel de moro es clave para entender por qué no hiberna. Como planta anual, su estrategia de supervivencia no se basa en la resistencia del individuo al invierno, sino en la producción masiva de semillas que aseguren la continuidad de la especie. Todo su gasto energético durante la temporada de crecimiento está enfocado en este único objetivo. Desde el momento de la germinación, la planta crece rápidamente, desarrolla un sistema de raíces y un follaje para realizar la fotosíntesis, y luego invierte todos sus recursos en producir la mayor cantidad de flores posible para atraer a los polinizadores.

Una vez que una flor es polinizada, la planta comienza a formar las semillas. Si se practica la eliminación de flores marchitas («deadheading»), se interrumpe este proceso y se «engaña» a la planta para que siga produciendo más flores en un intento continuo de reproducirse. Sin embargo, hacia el final de la temporada, a medida que los días se acortan y las temperaturas bajan, las señales ambientales le indican a la planta que su tiempo se acaba. En este punto, es beneficioso dejar que algunas flores maduren y produzcan semillas viables.

La llegada de la primera helada fuerte marca el final del ciclo. Las células de la planta, llenas de agua, se congelan, los cristales de hielo rompen las paredes celulares y el tejido vegetal se colapsa. La planta se vuelve negra, lacia y muere. Este es un proceso completamente natural e inevitable para una planta anual en un clima con inviernos fríos. Intentar protegerla del frío con mantas o coberturas no servirá de nada, ya que no está genéticamente programada para entrar en un estado de dormancia como las plantas perennes.

Por lo tanto, en lugar de pensar en la hibernación, el enfoque debe ser la transición entre una temporada y la siguiente. La muerte de la planta anual no es un fracaso, sino la culminación exitosa de su ciclo de vida. El legado que deja son las cientos de semillas que ha producido, cada una con el potencial de convertirse en una nueva planta la próxima primavera, continuando así el ciclo de vida de la especie.

Preparación para el final de la temporada

A medida que el otoño avanza y las noches se vuelven más frías, el crecimiento del clavel de moro se ralentiza y la producción de flores disminuye. Este es el momento de empezar a prepararse para el final de la temporada. La tarea más importante es la recolección de semillas para el año siguiente. Se deben seleccionar varias de las mejores flores de las plantas más saludables y permitir que se sequen por completo en el tallo. Una vez que las cabezas florales estén marrones y quebradizas, se cortan y se guardan en un lugar seco para terminar de secar antes de extraer y almacenar las semillas.

Es también un buen momento para dejar de fertilizar las plantas. Añadir nutrientes adicionales cuando la planta está entrando en su fase de senescencia natural es inútil y puede incluso ser contraproducente. Del mismo modo, se puede reducir la frecuencia de riego, ya que las necesidades hídricas de la planta disminuyen con el crecimiento más lento y las temperaturas más frescas. La planta utilizará sus reservas de energía para madurar las últimas semillas.

Una vez que la primera helada ha matado las plantas, es hora de la limpieza. Se deben arrancar todas las plantas de clavel de moro, incluyendo sus raíces, y añadirlas a la pila de compost. Si las plantas han mostrado signos de enfermedades graves, como pudrición de la raíz o infestaciones masivas de plagas, es más seguro desecharlas en la basura en lugar de compostarlas, para evitar la propagación de patógenos. Retirar todos los restos vegetales del arriate es una medida fitosanitaria esencial.

Tras limpiar el terreno, es una excelente oportunidad para preparar el suelo para la primavera. Se puede añadir una capa gruesa de compost o estiércol sobre la superficie. Durante el invierno, las heladas y deshielos, junto con la acción de las lombrices y otros organismos del suelo, ayudarán a incorporar esta materia orgánica, mejorando la estructura y la fertilidad del suelo. Cubrir el arriate con una capa de mulch, como hojas secas o paja, también protegerá el suelo de la erosión invernal y suprimirá el crecimiento de malas hierbas de invierno.

¿Existen excepciones perennes?

Si bien la gran mayoría de los Tagetes que encontramos en los centros de jardinería son anuales (como Tagetes erecta, Tagetes patula y Tagetes tenuifolia), existen algunas especies dentro del género que son perennes en sus hábitats nativos de climas cálidos. Un ejemplo notable es el Tagetes lemmonii, conocido como estragón mexicano o caléndula de monte. Esta especie es un arbusto perenne que puede sobrevivir inviernos suaves, típicamente en las zonas de rusticidad 8-11. Tiene un follaje muy aromático y produce una profusión de flores amarillas en otoño e invierno.

Otra especie perenne es el Tagetes lucida, también conocido como pericón o estragón mexicano. Al igual que el T. lemmonii, es perenne en climas cálidos y se valora tanto por sus flores amarillas como por su follaje con aroma a anís, que se utiliza como sustituto del estragón en la cocina. En climas más fríos, estas especies perennes a menudo se cultivan como plantas anuales, ya que no sobreviven a las heladas fuertes.

Si se vive en una zona con inviernos suaves y se cultiva una de estas variedades perennes, el cuidado invernal es diferente. En lugar de arrancar la planta, se puede aplicar una capa gruesa de mulch alrededor de la base para proteger las raíces de las olas de frío ocasionales. Es posible que la parte aérea de la planta muera con las primeras heladas, pero si las raíces sobreviven, la planta rebrotará desde la base en la primavera. Una poda a finales del invierno o principios de la primavera, eliminando los tallos muertos o dañados, ayudará a rejuvenecer la planta y a fomentar un crecimiento nuevo y vigoroso.

Sin embargo, es importante destacar que estas especies son la excepción. Para el 99% de los jardineros que cultivan las variedades comunes de clavel de moro, la planta debe ser tratada como una anual estricta. Intentar que una variedad anual sobreviva al invierno en un clima frío es una batalla perdida. Es mucho más productivo aceptar su ciclo de vida natural y centrarse en la exitosa recolección de semillas y la preparación del jardín para la próxima temporada.

Alternativas a la hibernación: siembra escalonada

Dado que la hibernación no es una opción para los claveles de moro anuales, una estrategia para disfrutar de su belleza durante el mayor tiempo posible es la planificación cuidadosa y la siembra escalonada. En lugar de sembrar todas las semillas o plantar todas las plántulas a la vez en primavera, se puede dividir la siembra en varias tandas. Por ejemplo, se puede iniciar una primera tanda en el interior para un trasplante temprano, y luego sembrar directamente en el jardín una segunda tanda unas semanas después, y quizás una tercera tanda a principios del verano.

Esta técnica de siembra sucesiva tiene varias ventajas. En primer lugar, extiende el período de floración en el jardín. Mientras que las primeras plantas pueden estar empezando a decaer hacia el final del verano, las plantas de la siembra posterior estarán en su apogeo, asegurando un suministro continuo de flores frescas y vibrantes hasta las primeras heladas. Esto es especialmente útil si se cultivan para flor cortada.

En segundo lugar, la siembra escalonada proporciona un seguro contra el clima impredecible. Una helada tardía inesperada podría dañar o matar las primeras plántulas trasplantadas, pero las siembras posteriores no se verían afectadas. Del mismo modo, un período de clima adverso, como una sequía o una ola de calor, podría estresar a las plantas en una etapa vulnerable de su crecimiento, pero las plantas en diferentes etapas de desarrollo pueden tener diferentes niveles de resistencia.

Esta estrategia requiere un poco más de planificación, pero los resultados merecen la pena. Permite una gestión más dinámica del jardín y maximiza el rendimiento de estas flores tan productivas. Aunque no se puede hacer que una planta individual sobreviva al invierno, se puede manipular el calendario de siembra para que la presencia global de claveles de moro en el jardín se extienda desde la última helada de la primavera hasta la primera helada del otoño, disfrutando de su color y beneficios durante el máximo tiempo posible.

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