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La hibernación de la plumeria

Daria · 17.07.2025.

Para los amantes de la plumeria que viven en climas con inviernos fríos, el proceso de hibernación no es una opción, sino una necesidad absoluta para la supervivencia de la planta. Originaria de regiones tropicales y subtropicales, la plumeria no tiene ninguna tolerancia a las heladas. Una sola noche con temperaturas bajo cero puede dañar irreversiblemente sus tejidos carnosos y matar a la planta. Por lo tanto, prepararla adecuadamente para un período de latencia invernal en un lugar protegido es una parte esencial de su ciclo de cuidado anual. Este proceso, lejos de ser una simple molestia, es en realidad un período de descanso crucial que permite a la planta conservar energía para un crecimiento vigoroso y una floración espectacular en la siguiente temporada.

El concepto de hibernación o latencia en las plumerias imita la estación seca de su hábitat natural. A medida que las temperaturas bajan y los días se acortan en otoño, la planta recibe señales naturales para ralentizar su metabolismo. Su crecimiento se detiene, las hojas comienzan a amarillear y eventualmente caen, y la planta entra en un estado de reposo. Forzar a una plumeria a permanecer activa durante el invierno en interiores con poca luz y calor artificial a menudo resulta en un crecimiento débil y alargado, y la agota, haciéndola más susceptible a plagas y enfermedades.

El éxito de la hibernación depende de elegir el momento adecuado para mover la planta al interior, proporcionarle las condiciones correctas durante su descanso y saber cómo despertarla suavemente en primavera. Existen diferentes métodos para almacenar las plumerias durante el invierno, y la elección dependerá del espacio y las condiciones que tengas disponibles. Ya sea que las guardes en un sótano oscuro o en una habitación luminosa, el objetivo es el mismo: mantenerlas a salvo de las heladas y permitirles un descanso reparador.

Dominar el proceso de hibernación te permitirá disfrutar de estas joyas tropicales año tras año, sin importar cuán fríos sean tus inviernos. Este artículo te proporcionará una guía detallada sobre cómo preparar, almacenar y cuidar tu plumeria durante su sueño invernal, asegurando que despierte en primavera lista para deslumbrar una vez más. Con la técnica correcta, la hibernación se convierte en una parte natural y gratificante del ritmo de vida de tu plumeria.

Preparación para la latencia

La preparación para la hibernación comienza a finales del verano y principios del otoño. A medida que las noches se vuelven más frescas, es crucial comenzar a reducir la frecuencia de riego y detener por completo la fertilización. Continuar alimentando y regando abundantemente enviará señales contradictorias a la planta, animándola a producir un nuevo crecimiento tierno en lugar de prepararse para el reposo. Este nuevo crecimiento sería extremadamente vulnerable al frío y agotaría las reservas de energía de la planta.

A medida que el otoño avanza, la plumeria comenzará su proceso natural de entrada en latencia. Observarás que las hojas inferiores comienzan a amarillear y a caer. Este es un proceso completamente normal y no debe ser motivo de alarma. Permite que la planta pierda sus hojas de forma natural. Algunas personas prefieren cortar las hojas restantes antes de guardar la planta para el invierno para mejorar la limpieza y la circulación del aire, pero esto es opcional. Si lo haces, corta el peciolo (el tallo de la hoja) a unos pocos centímetros del tallo principal, y el resto se secará y caerá por sí solo.

Antes de trasladar la planta a su lugar de hibernación, es una excelente práctica realizar una inspección a fondo en busca de plagas como cochinillas, ácaros o mosca blanca. Tratar cualquier infestación existente antes de llevar la planta al interior es mucho más fácil y evitará que las plagas se propaguen a otras plantas de interior. Puedes rociar la planta con jabón insecticida o aceite de neem como medida preventiva, asegurándote de cubrir bien todos los tallos y rincones.

El momento de mover la plumeria al interior es crítico. La regla general es hacerlo cuando las temperaturas nocturnas comiencen a descender de manera consistente por debajo de los 10°C. No esperes a que haya una amenaza de helada, ya que incluso una noche fría cerca del punto de congelación puede causar daños. Elegir el momento adecuado asegura que la planta entre en su refugio invernal en buen estado y sin haber sufrido estrés por frío.

Métodos de almacenamiento invernal

Una vez que la plumeria está lista para ser almacenada, tienes varias opciones dependiendo de tus condiciones. El método más común y sencillo es el almacenamiento en estado latente y a oscuras. Esto implica colocar la planta en maceta en un lugar fresco, oscuro y seco, como un garaje, sótano o un armario sin calefacción. La temperatura ideal para este tipo de almacenamiento está entre 5°C y 12°C. Es crucial que el lugar permanezca por encima del punto de congelación durante todo el invierno.

En el método de almacenamiento a oscuras, la planta no necesita luz porque no tiene hojas para realizar la fotosíntesis. El riego debe cesar casi por completo. Un riego muy ligero, quizás un vaso de agua una vez al mes, es suficiente para evitar que las raíces se deshidraten por completo. El objetivo es mantener el sustrato lo más seco posible para prevenir la pudrición de las raíces durante este período de vulnerabilidad. La planta puede parecer un simple palo durante meses, pero está viva y descansando.

Otra opción es la hibernación en un lugar fresco y con luz, como una habitación de invitados poco utilizada o un porche acristalado. En estas condiciones, si la temperatura es un poco más cálida, la planta podría no entrar en una latencia completa y podría retener algunas hojas o incluso intentar brotar prematuramente. El riego en este caso debe ser muy cuidadoso, regando solo cuando el sustrato esté completamente seco. Esta no es la opción ideal, ya que puede interrumpir el descanso profundo que beneficia a la planta.

Para aquellos con espacio muy limitado, existe el método de almacenamiento a raíz desnuda. Esto implica sacar la planta de su maceta, sacudir suavemente toda la tierra de las raíces y almacenarla sin tierra. Puedes envolver las raíces en periódico o colocar la planta en una caja de cartón. Se almacena en las mismas condiciones frescas y oscuras. Este método ahorra mucho espacio, pero puede ser un poco más estresante para la planta. Es una técnica más adecuada para cultivadores con algo de experiencia.

Cuidados durante el invierno

El cuidado de la plumeria durante su hibernación es principalmente una cuestión de «negligencia benigna». El error más grande y común que se puede cometer es cuidar en exceso la planta, especialmente en lo que respecta al riego. Una plumeria en latencia no utiliza casi nada de agua. Regar con la misma frecuencia que en verano, o incluso regar moderadamente, casi con seguridad provocará la pudrición del tallo y matará a la planta. El sustrato debe permanecer seco durante la mayor parte del invierno.

Si estás utilizando el método de almacenamiento en maceta, revisa la planta una vez al mes. Toca los tallos para asegurarte de que permanezcan firmes. Un tallo que se vuelve blando o esponjoso es un signo de pudrición. Si el sustrato está completamente seco como el polvo y los tallos comienzan a arrugarse ligeramente, puedes darle una cantidad muy pequeña de agua, lo justo para humedecer ligeramente la capa superior del suelo. Esto es especialmente importante para las plantas más jóvenes, que tienen menos reservas.

Es normal que los tallos se arruguen un poco durante la hibernación, ya que la planta utiliza lentamente sus reservas de agua internas. Sin embargo, un arrugamiento excesivo puede indicar que se está deshidratando demasiado. Por otro lado, cualquier signo de blandura o moho en la base del tallo es una señal de alarma de pudrición. Si detectas esto, tendrás que actuar rápidamente, cortando la parte podrida para intentar salvar el resto del tallo como un nuevo esqueje, aunque el éxito no está garantizado.

Mantén una buena circulación de aire en el área de almacenamiento para ayudar a prevenir problemas de moho y hongos. No almacenes las plantas demasiado juntas. Una simple inspección visual mensual para comprobar la firmeza del tallo y la ausencia de problemas es todo lo que se necesita. Resiste la tentación de «hacer algo» por tu planta inactiva; el descanso es exactamente lo que necesita para prosperar en la siguiente temporada.

Despertando a la plumeria en primavera

A medida que los días comienzan a alargarse y las temperaturas se vuelven más cálidas en primavera, es hora de pensar en despertar a tu plumeria de su sueño invernal. El momento adecuado para sacar la planta de su almacenamiento es cuando todo peligro de heladas haya pasado y las temperaturas nocturnas se mantengan de manera fiable por encima de los 10°C. Sacarla demasiado pronto la expondrá al riesgo de daños por frío, lo que desharía todo el trabajo de la hibernación.

Comienza el proceso de despertar moviendo la planta a un lugar cálido y con luz brillante e indirecta. Si utilizaste el método de almacenamiento a raíz desnuda, es el momento de volver a plantarla en una maceta con sustrato fresco y de buen drenaje. Una vez que la planta esté en su lugar, realiza un riego inicial a fondo para rehidratar el sustrato y las raíces. Después de este primer riego, sé paciente y espera. No vuelvas a regar hasta que veas signos claros de nuevo crecimiento.

La primera señal de que la plumeria está despertando será el hinchamiento de las puntas de las ramas, seguido por la aparición de pequeñas hojas nuevas, a menudo llamadas «garras». Este proceso puede tardar varias semanas, así que la paciencia es fundamental. Una vez que las nuevas hojas comiencen a desplegarse, puedes empezar a regar con más regularidad, permitiendo siempre que el sustrato se seque entre riegos. Este es también el momento de reanudar la fertilización, comenzando con una dosis diluida.

A medida que el nuevo follaje se desarrolla, puedes comenzar a aclimatar gradualmente la planta a la luz solar directa. Empieza colocándola al sol de la mañana durante una o dos horas al día y aumenta gradualmente la exposición durante una o dos semanas. Este proceso de «endurecimiento» evita que las nuevas y tiernas hojas se quemen con el sol intenso. Una vez aclimatada, puedes mover tu plumeria a su lugar soleado definitivo para el verano y esperar con ansias otra temporada de crecimiento y flores fragantes.

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