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La hibernación de la menta con aroma a manzana

Linden · 06.05.2025.

La llegada del invierno plantea un desafío para muchas plantas del jardín, y la menta con aroma a manzana no es una excepción. Aunque se trata de una planta perenne resistente, que puede sobrevivir a temperaturas bajo cero, prepararla adecuadamente para el período de latencia invernal es crucial para asegurar su resurgimiento vigoroso en la primavera siguiente. La hibernación, o el proceso de preparar la planta para el frío, varía significativamente dependiendo de si se cultiva directamente en el suelo del jardín o en una maceta. Comprender las necesidades de la planta durante esta fase de descanso y proporcionarle la protección adecuada garantizará que sus raíces se mantengan sanas y listas para producir nuevos y fragantes brotes cuando el clima se vuelva más cálido.

La menta con aroma a manzana, como la mayoría de las mentas, es una planta herbácea perenne. Esto significa que la parte aérea de la planta, es decir, sus tallos y hojas, morirá de forma natural con las primeras heladas fuertes del invierno. Sin embargo, su sistema radicular y sus estolones subterráneos permanecerán vivos pero inactivos (en estado de latencia) bajo la superficie del suelo. Es esta parte subterránea la que debemos proteger para asegurar la supervivencia de la planta de un año para otro. El objetivo principal de los cuidados invernales es aislar estas raíces de las fluctuaciones extremas de temperatura y del exceso de humedad.

La preparación para el invierno debe comenzar en el otoño. Es importante reducir gradualmente el riego a medida que las temperaturas bajan y el crecimiento de la planta se ralentiza. También se debe suspender por completo la fertilización a finales del verano o principios del otoño. Fertilizar en esta época podría estimular un crecimiento nuevo y tierno que sería extremadamente susceptible al daño por heladas, comprometiendo la energía que la planta necesita almacenar en sus raíces para sobrevivir al invierno.

El manejo de la parte aérea de la planta antes de la llegada del invierno es un tema de debate entre los jardineros. Algunos prefieren dejar el follaje muerto en su lugar durante el invierno, ya que puede proporcionar una capa adicional de aislamiento natural para la corona de la planta. Otros optan por cortar los tallos a ras de suelo después de la primera helada fuerte para mejorar la higiene del jardín, eliminando posibles refugios para plagas o esporas de enfermedades que podrían hibernar en los restos vegetales. Ambas estrategias tienen sus méritos, y la elección puede depender de tus preferencias personales y del clima de tu región.

La preparación en el jardín

Para la menta con aroma a manzana plantada directamente en el suelo del jardín, la preparación para el invierno es relativamente sencilla, especialmente en climas donde la capa de nieve es habitual y proporciona un excelente aislamiento natural. El primer paso, como se mencionó, es ajustar el riego y cesar la fertilización en otoño. Esto permite que la planta se aclimate gradualmente a las condiciones más frías y entre en su fase de latencia de forma natural. Evita las podas fuertes a finales de otoño, ya que esto puede estimular un crecimiento tardío.

Después de que la primera helada fuerte haya marchitado el follaje, puedes optar por cortar los tallos a unos 5 centímetros del suelo. Esta práctica ayuda a prevenir que plagas o enfermedades hibernen en los tallos muertos y le da al jardín un aspecto más ordenado. Limpia bien la zona de hojas caídas y otros desechos para mantener una buena higiene. Este es un buen momento para asegurarse de que el área alrededor de la menta tiene un buen drenaje, ya que el suelo húmedo y congelado es más perjudicial para las raíces que el frío seco.

El paso más importante para proteger la menta en el jardín es la aplicación de una capa generosa de mantillo o acolchado. Una vez que el suelo haya comenzado a congelarse, pero antes de que lleguen las temperaturas más gélidas, cubre la base de la planta con una capa de 10 a 15 centímetros de material orgánico aislante. Las opciones excelentes incluyen paja, hojas secas trituradas, corteza de pino o compost. Este mantillo actúa como una manta, aislando las raíces de los ciclos de congelación y descongelación del suelo, que pueden dañar gravemente el sistema radicular.

Es crucial esperar a que el suelo se enfríe antes de aplicar el mantillo. Si se aplica demasiado pronto, cuando el suelo todavía está caliente, puede atrapar el calor y la humedad, lo que podría provocar la pudrición de la corona de la planta. El objetivo del mantillo invernal no es mantener el suelo caliente, sino mantenerlo uniformemente frío. A principios de la primavera, a medida que el peligro de heladas fuertes pasa, retira gradualmente la capa de mantillo para permitir que el suelo se caliente y que los nuevos brotes puedan emerger sin obstáculos.

La hibernación en macetas

Las plantas cultivadas en macetas son mucho más vulnerables al frío invernal que las que están en el suelo. En un contenedor, las raíces están expuestas a las bajas temperaturas del aire por todos los lados, no solo por la superficie. El cepellón de una maceta puede congelarse por completo, lo que a menudo resulta en la muerte de la planta. Por lo tanto, la menta con aroma a manzana en maceta requiere una protección adicional para sobrevivir al invierno en climas fríos. Tienes varias opciones dependiendo de la severidad de tus inviernos.

En regiones con inviernos suaves, puede ser suficiente con mover la maceta a un lugar protegido, como junto a un muro orientado al sur o bajo el alero de una casa. Agrupar varias macetas juntas también ayuda a reducir la pérdida de calor y a crear un microclima más estable. Además, aplicar una capa de mantillo en la parte superior del sustrato de la maceta proporcionará un aislamiento adicional a la corona de la planta.

En áreas con inviernos más severos, donde las temperaturas descienden regularmente por debajo de los -10°C, se necesitarán medidas más drásticas. Una opción es trasladar la maceta a un espacio sin calefacción pero protegido, como un garaje, un cobertizo o un sótano frío. La planta entrará en latencia y no necesitará luz, pero sí requerirá un riego muy ocasional, quizás una vez al mes, solo para evitar que el sustrato se seque por completo. El objetivo es mantener las raíces apenas húmedas, no mojadas.

Otra técnica efectiva es «enterrar» la maceta en el suelo del jardín. Cava un hoyo lo suficientemente grande como para albergar la maceta y entiérrala hasta el borde. Luego, cubre la superficie con una capa gruesa de mantillo, como harías con una planta del jardín. La tierra circundante proporcionará un excelente aislamiento para las raíces, protegiéndolas de las temperaturas extremas del aire. En la primavera, una vez pasado el riesgo de heladas, simplemente desentierra la maceta y colócala de nuevo en su ubicación habitual.

El cuidado durante el invierno

El cuidado de la menta con aroma a manzana durante el invierno es mínimo, ya que la planta está en un estado de descanso. El objetivo principal es protegerla y no perturbar su latencia. Para las plantas en el jardín cubiertas con mantillo, generalmente no se necesita ningún cuidado adicional. La naturaleza, a través de la lluvia o la nieve, suele proporcionar la humedad suficiente para mantener las raíces vivas. Si tienes un invierno excepcionalmente seco y sin nieve, un riego ligero ocasional durante un período de deshielo puede ser beneficioso.

Para las plantas en macetas que se han trasladado a un lugar protegido como un garaje, el riego es el único cuidado necesario, y debe ser muy esporádico. La falta de crecimiento activo y las bajas temperaturas significan que la planta utiliza muy poca agua. Revisa el sustrato cada pocas semanas y riega solo cuando esté completamente seco al tacto. Un ligero riego una vez al mes suele ser suficiente para evitar que las raíces se deshidraten por completo. El exceso de agua en invierno es una de las formas más seguras de matar una planta en maceta en latencia.

Independientemente de dónde pase el invierno tu menta, resiste la tentación de «despertarla» demasiado pronto. La planta necesita completar su período de latencia para acumular la energía necesaria para el crecimiento primaveral. No la traslades a un lugar cálido y soleado en pleno invierno, ya que esto podría interrumpir su ciclo natural y provocar un crecimiento débil y prematuro que sería vulnerable a las heladas tardías. La paciencia es clave durante esta etapa.

Hacia el final del invierno, cuando los días comienzan a alargarse y las temperaturas empiezan a subir de forma sostenida, puedes comenzar a prepararte para la nueva temporada. Para las plantas del jardín, empieza a retirar gradualmente el mantillo para que la luz del sol pueda calentar el suelo. Para las plantas en maceta, puedes empezar a aclimatarlas de nuevo a las condiciones exteriores, sacándolas durante el día y metiéndolas por la noche durante una semana o dos antes de dejarlas fuera de forma permanente.

El despertar en primavera

El despertar de la menta con aroma a manzana en primavera es un espectáculo gratificante que señala el final del invierno. A medida que el suelo se calienta, comenzarás a ver emerger nuevos brotes de color verde brillante desde la base de la planta o a lo largo de los estolones subterráneos. Este es el momento de completar los preparativos para la nueva temporada de crecimiento. Si dejaste los tallos viejos durante el invierno, ahora es el momento de cortarlos para dejar espacio y luz a los nuevos brotes.

Una vez que el riesgo de heladas fuertes haya pasado y los nuevos brotes tengan unos pocos centímetros de altura, es un buen momento para aplicar una capa fresca de compost alrededor de la base de la planta. Esto proporcionará una liberación lenta de nutrientes que alimentará el crecimiento inicial de la primavera. Reanuda el riego regular a medida que la planta comienza a crecer activamente, manteniendo el suelo consistentemente húmedo pero no encharcado.

La primavera también es el momento ideal para dividir las matas de menta que se han vuelto demasiado grandes o que tienen un centro leñoso y menos productivo. Desentierra la planta, divídela en secciones más pequeñas con raíces y brotes sanos, y replántalas en nuevas ubicaciones o macetas. Este proceso no solo te proporciona más plantas, sino que también rejuvenece la planta madre, asegurando un crecimiento vigoroso y una cosecha abundante durante la temporada venidera.

Para las plantas que hibernaron en macetas, la primavera es el momento de evaluar si necesitan ser trasplantadas a un contenedor más grande o si simplemente necesitan una renovación del sustrato. Puedes sacar la planta de la maceta, recortar un poco las raíces exteriores si están muy compactadas y volver a plantarla en la misma maceta con tierra fresca. Un comienzo de temporada limpio, con un suelo fresco y una nutrición adecuada, preparará a tu menta con aroma a manzana para un año lleno de crecimiento exuberante y fragante.

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