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Cómo invernar el oro del balcón

Linden · 22.07.2025.

El Bidens ferulifolia, aunque es una planta perenne en sus climas nativos cálidos, se cultiva comúnmente como una planta anual en regiones con inviernos fríos y heladas. Sin embargo, con los cuidados adecuados, es posible conservar esta planta durante el invierno y disfrutar de su belleza año tras año. La decisión de invernar tu «oro del balcón» depende de tu clima, del espacio disponible y de tu disposición a dedicarle un poco de atención durante los meses más fríos. Este proceso no solo te permite salvar tus plantas favoritas, sino que también te proporciona ejemplares más grandes y maduros para la siguiente temporada, que comenzarán a florecer mucho antes que las plantas nuevas.

Invernar el Bidens puede abordarse de dos maneras principales: protegiéndolo en el exterior en climas suaves o trasladándolo al interior en zonas donde las temperaturas descienden por debajo de cero. Cada método requiere una preparación y unos cuidados específicos para asegurar la supervivencia de la planta hasta la llegada de la primavera. Entender el ciclo de vida de la planta y cómo responde a la disminución de la luz y la temperatura es fundamental para tener éxito en esta tarea.

Durante el otoño, a medida que los días se acortan y el clima se enfría, el Bidens reducirá naturalmente su ritmo de crecimiento y floración. Este es el momento de decidir si intentarás conservarlo. La invernada no solo es una práctica sostenible que reduce la necesidad de comprar plantas nuevas cada año, sino que también puede ser una experiencia de jardinería muy gratificante, conectándote más profundamente con el ciclo vital de tus plantas.

En las siguientes secciones, exploraremos en detalle los pasos necesarios para preparar tus plantas para el invierno, tanto si vives en un clima con inviernos benignos como si te enfrentas a heladas severas. Abordaremos la poda de preparación, las condiciones ideales de luz y temperatura para el interior, y cómo cuidar la planta durante su período de latencia invernal para que resurja con fuerza y vigor cuando regresen los días más cálidos y soleados.

Preparación de la planta para el invierno

La preparación para el invierno debe comenzar a principios o mediados del otoño, antes de la llegada de las primeras heladas fuertes. El primer paso es reducir gradualmente la fertilización. Deja de alimentar tu Bidens unas cuatro a seis semanas antes de la fecha prevista de la primera helada. Esto ayuda a detener la producción de nuevo crecimiento tierno, que es especialmente vulnerable al daño por frío, y permite que el crecimiento existente se endurezca y se prepare para las condiciones más frías.

El siguiente paso crucial es una poda de preparación. Recorta la planta de forma significativa, reduciendo su tamaño a aproximadamente un tercio o la mitad de su volumen. Elimina todos los tallos débiles, dañados o enfermos, así como cualquier flor y capullo restante. Esta poda drástica tiene varios propósitos: reduce el estrés de la planta, facilita su manejo y traslado al interior, y minimiza el riesgo de que plagas y enfermedades se escondan en el follaje durante el invierno.

Antes de trasladar cualquier planta al interior, es absolutamente esencial realizar una inspección exhaustiva en busca de plagas. Examina cuidadosamente los tallos y ambos lados de las hojas para detectar cualquier signo de pulgones, araña roja, mosca blanca u otros insectos. Invernar una planta infestada es una receta para el desastre, ya que la ausencia de depredadores naturales en el interior puede hacer que la población de plagas explote y se extienda a otras plantas de interior.

Si encuentras alguna plaga, trata la planta a fondo antes de llevarla adentro. Puedes lavarla con un chorro de agua o aplicarle un tratamiento con jabón insecticida o aceite de neem. Es una buena idea mantener la planta en cuarentena, aislada de otras plantas de interior durante un par de semanas, para asegurarte de que está completamente libre de problemas antes de integrarla en tu colección de interior.

Invernada en el interior en climas fríos

En regiones donde las temperaturas invernales caen regularmente por debajo de 0°C, la única forma de salvar tu Bidens es llevarlo al interior. El objetivo no es que la planta siga creciendo y floreciendo activamente, sino que entre en un estado de semi-latencia en un entorno fresco y luminoso. Un lugar ideal sería un sótano con ventanas, un garaje con luz, un porche acristalado sin calefacción o simplemente la habitación más fresca de la casa cerca de una ventana.

La planta necesitará la mayor cantidad de luz posible durante el invierno. Una ventana orientada al sur o al oeste es la mejor opción. Si no dispones de suficiente luz natural, puedes complementar con luces de cultivo fluorescentes o LED, manteniéndolas encendidas durante 10-12 horas al día. La falta de luz es uno de los mayores desafíos al invernar plantas en interiores, y puede provocar un crecimiento débil y ahilado.

Las necesidades de agua del Bidens se reducirán drásticamente durante su período de latencia invernal. Riega solo cuando la capa superior del sustrato esté completamente seca al tacto, lo que podría ser tan poco frecuente como una vez cada tres o cuatro semanas. El riego excesivo durante el invierno es la causa más común de fracaso, ya que las raíces en un suelo frío y húmedo son extremadamente propensas a la pudrición. Mantén el sustrato más bien seco que húmedo.

Vigila la planta ocasionalmente durante el invierno para detectar cualquier problema de plagas o enfermedades. La baja humedad de los hogares con calefacción puede favorecer la aparición de la araña roja. A medida que la primavera se acerca y los días se alargan, notarás que la planta comienza a mostrar signos de nuevo crecimiento. Este es el momento de aumentar gradualmente el riego y prepararla para su regreso al exterior.

Protección en exterior en climas suaves

Si vives en una zona con un clima mediterráneo o subtropical, donde las heladas son inexistentes o muy ligeras y poco frecuentes (zonas de rusticidad 9 o superiores), puedes dejar tu Bidens en el exterior durante el invierno. Aunque la planta puede detener su crecimiento y perder parte de su follaje, la corona y las raíces sobrevivirán para rebrotar en primavera. Sin embargo, incluso en climas suaves, algunas medidas de protección pueden ser beneficiosas.

Asegúrate de que la planta esté en un lugar con un drenaje excelente. El suelo frío y húmedo durante el invierno es más peligroso para el Bidens que las bajas temperaturas por sí solas. Si está en macetas, asegúrate de que los agujeros de drenaje no estén obstruidos y considera elevarlas del suelo con «pies» para macetas para mejorar aún más el drenaje. Si está en el suelo, evita las zonas bajas del jardín donde el agua tiende a acumularse.

Aplicar una capa gruesa de mantillo orgánico (mulch), como paja, corteza de pino u hojas secas, alrededor de la base de la planta puede proporcionar un excelente aislamiento para las raíces. Esta capa protectora ayuda a amortiguar las fluctuaciones de temperatura del suelo y protege la corona de la planta de las heladas ligeras. Aplica el mantillo después de la primera helada ligera, pero antes de que el suelo se congele.

Si se pronostica una helada inusualmente fuerte, puedes proporcionar una protección temporal adicional cubriendo la planta durante la noche con una manta antiheladas, una sábana vieja o una caja de cartón. Asegúrate de retirar la cubierta por la mañana para permitir que la planta reciba luz y aire. Con estas precauciones, tu Bidens debería superar el invierno sin problemas y estar listo para un nuevo estallido de crecimiento en primavera.

Reintroducción a la primavera

El proceso de reintroducción de la planta al exterior en primavera, conocido como aclimatación o endurecimiento, es tan importante como el propio proceso de invernada. No puedes simplemente mover la planta del interior directamente al sol exterior, ya que esto causaría un shock severo, quemando las hojas y estresando a la planta. Este proceso debe ser gradual y durar entre una y dos semanas.

Comienza a aclimatar tu Bidens una vez que haya pasado todo peligro de heladas y las temperaturas nocturnas se mantengan consistentemente por encima de los 10°C. Empieza colocando la planta en un lugar sombreado y protegido en el exterior durante solo una o dos horas el primer día. Durante los días siguientes, aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que pasa fuera y la cantidad de luz solar directa que recibe.

A medida que la planta se acostumbra a las condiciones exteriores, puedes empezar a aumentar la frecuencia de riego, ya que su tasa de crecimiento se acelerará. Este es también el momento de darle su primera dosis de fertilizante de la temporada, preferiblemente una fórmula equilibrada para ayudar a impulsar el nuevo crecimiento. Una vez que la planta pueda tolerar un día completo de sol sin mostrar signos de marchitamiento o estrés, está lista para ser trasplantada a su ubicación final para la temporada.

Puedes aprovechar este momento para trasplantarla a una maceta más grande con sustrato fresco o plantarla en el jardín. Una poda ligera para dar forma y eliminar cualquier tallo débil que haya crecido durante el invierno puede fomentar un crecimiento más compacto y una mejor floración. Con estos cuidados, tu Bidens invernado te recompensará con una temporada de crecimiento aún más espectacular que la anterior.

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