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La poda y el recorte del hipérico androsemo

Linden · 18.03.2025.

La poda es una de las prácticas de jardinería más transformadoras y, en el caso del hipérico androsemo, es la clave para mantener un arbusto denso, saludable y lleno de flores y bayas año tras año. Aunque esta planta puede sobrevivir sin ninguna intervención, con el tiempo tiende a volverse leñosa, con un centro despoblado y un aspecto desgarbado. Realizar una poda adecuada y en el momento oportuno no solo mejora drásticamente su apariencia estética, sino que también rejuvenece la planta, estimulando la producción de nuevos tallos vigorosos que son los responsables de la espectacular floración estival. Dominar la técnica de poda para este arbusto es sencillo y los resultados son inmensamente gratificantes.

Es fundamental entender por qué y cómo responde el hipérico androsemo a la poda. Esta especie florece en la madera nueva, es decir, en los tallos que crecen durante la primavera y el verano de la misma temporada. Por lo tanto, el objetivo principal de la poda es eliminar los tallos viejos y leñosos para fomentar la aparición de un crecimiento nuevo y fresco desde la base. Esta renovación constante asegura que la planta dedique su energía a producir flores en lugar de a mantener una estructura vieja e improductiva.

La poda no solo tiene un propósito de floración, sino también uno sanitario. La eliminación de ramas muertas, dañadas o enfermas es una parte esencial del mantenimiento. Esta limpieza no solo mejora el aspecto de la planta, sino que también previene la propagación de enfermedades al eliminar posibles focos de infección. Además, al abrir el centro del arbusto, se mejora la circulación del aire, lo que reduce la humedad y crea un ambiente menos propicio para el desarrollo de hongos como la roya.

El miedo a podar en exceso es común entre los jardineros, pero con el hipérico androsemo puedes tener confianza. Es un arbusto increíblemente resistente que responde excepcionalmente bien incluso a una poda severa. De hecho, una poda drástica es a menudo la mejor manera de revitalizar un ejemplar viejo y descuidado. Al aprender el momento adecuado y el método correcto, convertirás la poda en una herramienta poderosa para esculpir y mantener la belleza de tu jardín.

El mejor momento para la poda principal

El momento en que se realiza la poda principal es absolutamente crucial para el éxito de la operación. Para el hipérico androsemo, el período ideal para llevar a cabo esta tarea es a finales del invierno o a principios de la primavera. En este momento, la planta todavía se encuentra en su fase de reposo vegetativo o latencia, justo antes de que las yemas comiencen a hincharse y a brotar. Podar durante la latencia minimiza el estrés en la planta, ya que no está creciendo activamente, y reduce el riesgo de que las heridas de la poda se infecten.

Podar en este período tiene otra ventaja estratégica. Al eliminar los tallos viejos justo antes de que comience la temporada de crecimiento, toda la energía que la planta ha almacenado en sus raíces durante el invierno se dirigirá directamente a la producción de nuevos brotes fuertes desde la base. Si esperas a que la planta ya haya brotado, parte de esa energía se desperdiciará en el crecimiento de los tallos viejos que luego cortarás. Por lo tanto, la sincronización es clave para la eficiencia energética de la planta.

Debes asegurarte de que el riesgo de heladas muy intensas ya haya pasado antes de realizar la poda. Aunque la planta está en reposo, los cortes frescos pueden ser ligeramente más sensibles a los daños por frío extremo. Espera a un día seco y suave a finales del invierno para realizar el trabajo. Esto también ayuda a que las heridas de los cortes comiencen a cicatrizar rápidamente sin estar expuestas a una humedad excesiva que podría favorecer a los patógenos.

Evita a toda costa realizar la poda principal en otoño o a principios de invierno. Cortar la planta en esta época puede estimular la aparición de nuevos brotes fuera de temporada. Este crecimiento tierno no tendría tiempo de endurecerse antes de la llegada del frío intenso y sería inevitablemente dañado o destruido por las heladas. Además, las heridas abiertas durante el clima húmedo del otoño son más susceptibles a las infecciones fúngicas.

La técnica de la poda de rejuvenecimiento

La técnica más recomendada para la poda anual del hipérico androsemo es la poda de rejuvenecimiento, a menudo llamada poda drástica o a ras. Este método consiste en cortar todos los tallos del arbusto a una altura baja, generalmente entre 15 y 25 centímetros del suelo. Puede parecer una acción extrema, casi como si estuvieras eliminando la planta por completo, pero es la forma más efectiva de asegurar una renovación total y un rendimiento espectacular.

Para realizar esta poda, necesitarás un par de tijeras de podar bien afiladas y limpias para los tallos más delgados, y posiblemente una cizalla o un serrucho de poda para las ramas más gruesas y leñosas de los ejemplares más viejos. La limpieza de las herramientas es fundamental para evitar la transmisión de enfermedades. Puedes desinfectarlas con alcohol o una solución de lejía diluida. Realiza los cortes de forma limpia, sin desgarrar la corteza.

Al cortar los tallos, intenta hacer un corte ligeramente inclinado, lo que ayuda a que el agua de la lluvia escurra y no se acumule en la superficie del corte. No te preocupes por cortar justo por encima de una yema, como se hace en otros tipos de poda. En este caso, el objetivo es estimular el crecimiento desde la corona de la planta, en la base. Después de la poda, el arbusto parecerá un pequeño conjunto de tocones, pero en pocas semanas verás cómo emergen con fuerza multitud de nuevos brotes.

Esta poda drástica anual no solo garantiza una floración máxima en la madera nueva, sino que también permite controlar el tamaño y la forma del arbusto. Cada año, la planta renueva completamente su estructura aérea, lo que evita que se vuelva demasiado grande o descontrolada. Es la forma perfecta de mantener el hipérico androsemo con un tamaño manejable y una forma compacta y densa, ideal para borduras y plantaciones en masa.

Poda de formación y mantenimiento

Además de la poda de rejuvenecimiento anual, existen otras podas menores que puedes realizar para dar forma y mantener tu hipérico a lo largo de la temporada. La poda de formación es especialmente útil durante los primeros años de vida de la planta para establecer una estructura fuerte y bien ramificada. Esto puede implicar recortar selectivamente algunos tallos para fomentar una mayor ramificación o para corregir un crecimiento desigual.

Durante la temporada de crecimiento, puedes realizar una poda de mantenimiento o limpieza. Esta consiste en eliminar cualquier rama que veas muerta, dañada por el viento o el granizo, o que muestre signos de enfermedad. Es importante retirar este material tan pronto como lo detectes para mantener la salud y la buena apariencia de la planta. También puedes recortar cualquier rama que crezca de forma extraña o que roce con otras plantas.

Una técnica útil para prolongar la floración es el «pinzado» o «deadheading». Después de que la primera oleada de flores de principios de verano comience a marchitarse, puedes recortar las puntas de los tallos, justo por debajo de las flores gastadas. Esto no solo mejora el aspecto de la planta, sino que también puede estimularla para que produzca una segunda, aunque generalmente más pequeña, oleada de flores a finales del verano. Sin embargo, ten en cuenta que si quitas las flores, no se formarán las bayas decorativas en esos tallos.

Para los setos informales de hipérico androsemo, se puede realizar un recorte ligero después de la floración principal para mantener una forma más ordenada. Utiliza unas tijeras de seto para igualar la superficie del seto. Este recorte debe ser superficial, eliminando solo las puntas de los brotes. Recuerda que la poda principal y más severa siempre debe realizarse a finales del invierno para asegurar la salud y la floración del año siguiente.

Herramientas y buenas prácticas

El uso de las herramientas adecuadas es esencial para realizar una poda eficaz y segura, tanto para ti como para la planta. Las herramientas básicas para podar el hipérico androsemo incluyen unas tijeras de podar de mano (de tipo bypass son las mejores, ya que hacen un corte limpio como el de una tijera), unas tijeras de podar de dos manos o cizallas para las ramas más gruesas, y un pequeño serrucho de poda para los tallos más viejos y leñosos.

La calidad y el mantenimiento de tus herramientas son fundamentales. Asegúrate de que siempre estén bien afiladas. Una cuchilla sin filo aplasta y desgarra los tejidos de la planta en lugar de cortarlos limpiamente, lo que crea una herida más grande y difícil de cicatrizar, aumentando el riesgo de infecciones. Dedica tiempo a limpiar y afilar tus herramientas regularmente; es una inversión en la salud de tu jardín.

La desinfección de las herramientas es una práctica que a menudo se pasa por alto pero que es de vital importancia. Antes de empezar a podar, y especialmente si vas a pasar de una planta a otra, limpia las cuchillas con un paño empapado en alcohol, desinfectante o una solución de una parte de lejía por nueve de agua. Esto previene la propagación accidental de enfermedades invisibles, como esporas de hongos o bacterias, de una planta enferma a una sana.

Después de realizar la poda de rejuvenecimiento en primavera, es el momento ideal para nutrir la planta. Aplica una capa de compost o un fertilizante equilibrado de liberación lenta alrededor de la base del arbusto y riega en profundidad. Esto proporcionará a la planta la energía y los nutrientes que necesita para recuperarse rápidamente de la poda y para impulsar el crecimiento vigoroso de los nuevos tallos que te deleitarán con sus flores y bayas durante la próxima temporada.

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