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La poda y el recorte de la bacopa

Daria · 23.06.2025.

La bacopa es una planta de crecimiento rápido y vigoroso que, si se la deja a su aire, puede desarrollar largos tallos que tienden a quedarse despoblados de flores y hojas en la base, perdiendo parte de su atractivo compacto y denso. Aquí es donde la poda y el recorte regular se convierten en herramientas esenciales para el jardinero, no solo para mantener una estética agradable, sino también para estimular la salud y el vigor de la planta. Lejos de ser una práctica dañina, una poda bien ejecutada actúa como un estímulo, promoviendo una nueva oleada de crecimiento, una mayor ramificación y, en consecuencia, una floración mucho más abundante y prolongada. Dominar las técnicas de recorte es, por tanto, fundamental para mantener la bacopa en su máximo esplendor durante toda la temporada.

Muchos jardineros principiantes sienten aprensión a la hora de podar sus plantas, temiendo causarles un daño irreparable. Sin embargo, en el caso de la bacopa, es importante entender que la poda es una aliada. Esta planta responde de manera excepcionalmente bien al recorte, y los beneficios superan con creces el impacto temporal que pueda tener sobre su apariencia. Desde el simple acto de eliminar las flores marchitas hasta una poda de rejuvenecimiento más drástica a mitad de verano, cada corte tiene un propósito específico que contribuye al bienestar general de la planta.

La poda no es una tarea que se realiza una sola vez, sino un proceso de mantenimiento continuo que acompaña el ciclo de crecimiento de la planta. Se adapta a las necesidades de la bacopa en cada momento, ayudándola a mantener la forma, a renovar su energía y a superar periodos de estrés, como las olas de calor. Una planta bien podada es una planta más sana, con mejor circulación de aire entre sus tallos, lo que ayuda a prevenir la aparición de enfermedades fúngicas.

Este artículo está diseñado para desmitificar la poda de la bacopa, explicando de manera clara y sencilla las diferentes técnicas de recorte, el mejor momento para aplicarlas y las herramientas necesarias para hacerlo correctamente. Con estos conocimientos, cualquier aficionado podrá transformar una planta lacia y desgarbada en una espectacular cascada de flores compacta y vibrante, asegurando que su bacopa sea el centro de todas las miradas.

El pinzado para fomentar la densidad

El pinzado es una técnica de poda muy ligera y continua que resulta extremadamente eficaz para conseguir que la bacopa desarrolle un porte mucho más denso y tupido. Consiste, literalmente, en «pellizcar» o cortar las puntas de los tallos en crecimiento, eliminando el brote terminal. Esta acción, aunque parezca simple, tiene un efecto fisiológico muy importante en la planta: rompe la dominancia apical. La yema terminal de un tallo produce hormonas que inhiben el crecimiento de las yemas laterales situadas más abajo. Al eliminarla, se permite que estas yemas laterales se activen y desarrollen nuevos brotes.

El resultado de esta ramificación secundaria es una planta con muchos más tallos, lo que se traduce en un aspecto mucho más compacto y lleno. Y lo que es más importante, cada uno de estos nuevos tallos es un potencial portador de nuevas flores. Por lo tanto, el pinzado no solo mejora la forma de la planta, sino que también multiplica su capacidad de floración. Es una técnica que se puede y se debe aplicar desde que la planta es joven para establecer una buena estructura desde el principio.

El proceso de pinzado es muy sencillo y no requiere herramientas especiales, aunque unas tijeras pequeñas y afiladas pueden facilitar la tarea y asegurar un corte limpio. Simplemente se identifica un tallo que esté creciendo demasiado largo y se corta la punta, justo por encima de un par de hojas. De las axilas de esas hojas surgirán en poco tiempo dos nuevos brotes. Esta operación se puede repetir a lo largo de toda la temporada de crecimiento, cada vez que se observe que la planta empieza a perder su forma o que algunos tallos se alargan demasiado.

No hay que tener miedo a realizar pinzados de forma regular. La bacopa responde muy rápidamente a este estímulo, y en pocos días comenzará a mostrar un nuevo crecimiento. Es una labor de mantenimiento que apenas lleva unos minutos y que tiene un impacto visual enorme en la calidad y la apariencia de la planta, siendo uno de los secretos mejor guardados para conseguir esas cestas colgantes perfectamente redondeadas y cubiertas de flores que se ven en las revistas de jardinería.

La poda de limpieza y mantenimiento

La poda de limpieza es otra tarea de mantenimiento fundamental que se debe realizar de forma continua a lo largo de toda la temporada. Su objetivo principal es eliminar todas aquellas partes de la planta que ya no son productivas o que pueden convertirse en un foco de problemas, como las flores marchitas, las hojas amarillas o secas y los tallos dañados o enfermos. Mantener la planta «limpia» no solo mejora su aspecto estético, sino que también contribuye de manera significativa a su salud y vigor.

La eliminación de las flores marchitas, una práctica conocida como «deadheading», es particularmente importante. Aunque la bacopa es considerada una planta «autolimpiable» porque muchas de sus flores caen solas, siempre quedan algunas adheridas a los tallos. Si no se retiran, la planta comenzará a invertir energía en la producción de semillas. Al eliminar la flor marchita, se interrumpe este proceso y se redirige toda esa energía hacia la formación de nuevos capullos florales, lo que prolonga y potencia la floración de manera muy notable.

Del mismo modo, es crucial retirar cualquier hoja que se vea amarilla, seca o con signos de enfermedad. Las hojas viejas o dañadas ya no son eficientes en la fotosíntesis y pueden albergar esporas de hongos o plagas. Eliminarlas mejora la circulación de aire en el interior de la planta, lo que reduce la humedad y crea un ambiente menos favorable para el desarrollo de enfermedades fúngicas. Se debe cortar la hoja completa, incluyendo su peciolo, con unas tijeras limpias.

Esta labor de limpieza debe ser una rutina. Lo ideal es dedicar unos minutos cada pocos días a inspeccionar la planta y retirar todo lo que esté en mal estado. Esta atención constante no solo mantendrá la planta con un aspecto impecable, sino que también nos permitirá detectar a tiempo cualquier problema de plagas o enfermedades, pudiendo actuar de forma rápida y eficaz antes de que se convierta en un problema grave.

La poda de rejuvenecimiento a mitad de verano

Hacia la mitad de la temporada estival, especialmente después de una ola de calor o simplemente por el propio ciclo de la planta, es común que la bacopa muestre signos de agotamiento. La floración puede disminuir, los tallos pueden haberse alargado en exceso y la base de la planta puede empezar a verse leñosa y despoblada. Cuando esto ocurre, es el momento de realizar una poda de rejuvenecimiento, una intervención más drástica pero con resultados espectaculares.

Esta poda consiste en recortar de manera uniforme entre un tercio y la mitad de la longitud de todos los tallos de la planta. El objetivo es eliminar todas las partes viejas y agotadas y forzar a la planta a producir un nuevo crecimiento vigoroso desde la base y las partes más internas de los tallos. Aunque el resultado inmediato es una planta más pequeña y sin flores, lo cual puede dar cierta aprensión, la recompensa llegará en pocas semanas.

El mejor momento para realizar esta poda es a mediados o finales de verano. Después del corte, es fundamental proporcionar a la planta un buen riego y una dosis de fertilizante líquido para plantas de flor. Este aporte de agua y nutrientes le dará la energía necesaria para responder al estímulo de la poda y producir rápidamente nuevos brotes. En aproximadamente dos o tres semanas, la planta volverá a estar cubierta de un follaje fresco y compacto y comenzará a producir una segunda oleada de flores que, a menudo, es tan o más espectacular que la primera y que durará hasta bien entrado el otoño.

Esta técnica es especialmente útil para revitalizar las cestas colgantes que empiezan a mostrar un aspecto «cansado» en agosto. En lugar de dar la planta por perdida, esta poda drástica le da una segunda vida, renovando por completo su apariencia y asegurando un final de temporada lleno de color. Es una de las prácticas más efectivas para mantener la bacopa en su máximo esplendor durante el mayor tiempo posible.

Herramientas y técnica de corte

Aunque la poda de la bacopa no requiere herramientas muy sofisticadas, utilizar las adecuadas y mantenerlas en buen estado es importante para la salud de la planta. Para el pinzado y la eliminación de flores marchitas, a menudo basta con los propios dedos. Sin embargo, para obtener cortes más limpios y precisos, especialmente en podas más importantes, lo ideal es utilizar unas tijeras de podar pequeñas y bien afiladas, también conocidas como tijeras de florista o «snips».

La limpieza y desinfección de las herramientas es un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto. Unas tijeras sucias pueden transmitir enfermedades de una planta a otra. Antes y después de podar, y especialmente si se va a trabajar en una planta que se sospecha que está enferma, es fundamental limpiar las hojas de las tijeras con un paño impregnado en alcohol o en una solución de lejía diluida. Este simple gesto puede prevenir la propagación de hongos y bacterias.

La técnica de corte también es importante. Se debe intentar hacer siempre un corte limpio, sin aplastar ni rasgar los tejidos del tallo. El corte se debe realizar justo por encima de un nudo o de un par de hojas. Esto se debe a que las yemas latentes, de las que surgirán los nuevos brotes, se encuentran en estos nudos. Realizar el corte en este punto asegura una respuesta de crecimiento rápida y ordenada. Dejar un trozo de tallo por encima del nudo es innecesario y antiestético, ya que ese trozo acabará secándose.

Para la poda de rejuvenecimiento, donde se cortan muchos tallos a la vez, se puede ser un poco menos preciso, pero la idea general es la misma: intentar dar a la planta una forma redondeada y compacta, recortando todos los tallos a una altura similar. Después de cualquier poda, es una buena práctica retirar todos los restos de tallos y hojas cortados de la superficie del sustrato para mantener la limpieza y evitar que se conviertan en un foco de enfermedades.

Poda de preparación para la hibernación

Si se vive en un clima con inviernos fríos y se tiene la intención de conservar la bacopa para la siguiente temporada, es necesario realizar una poda específica de preparación para la hibernación. Esta poda se lleva a cabo en otoño, justo antes de trasladar la planta a su refugio invernal y antes de que lleguen las primeras heladas fuertes. Su objetivo es muy diferente al de las podas realizadas durante la temporada de crecimiento.

En este caso, la meta es reducir drásticamente la masa vegetal de la planta para que sea más fácil de manejar y almacenar, y para minimizar sus necesidades de agua y energía durante el periodo de reposo invernal. Se deben recortar todos los tallos de la planta de forma severa, dejando solo unos 10-15 centímetros de longitud desde la base. No hay que preocuparse por eliminar todas las hojas y flores restantes; de hecho, ese es el objetivo.

Esta poda drástica concentra toda la energía de la planta en sus raíces y en la corona (la base de los tallos), que son las partes que deben sobrevivir al invierno. Al eliminar la mayor parte del follaje, se reduce al mínimo la transpiración y las necesidades metabólicas de la planta, ayudándola a entrar en un estado de dormancia profunda y a conservar sus reservas hasta la primavera.

Después de esta poda, se deben reducir los riegos al mínimo y suspender por completo la fertilización. La planta, ya compacta y preparada, estará lista para ser trasladada a un lugar fresco, luminoso y protegido de las heladas, como un garaje con ventana o un invernadero frío. Esta poda otoñal es un paso indispensable para aumentar las probabilidades de éxito en la supervivencia de la bacopa durante el invierno.

📷: DeavmiCC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

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