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Requerimientos Nutricionales y Fertilización de la Gerbera

Daria · 03.05.2025.

La gerbera, una alegre flor de corte y planta de maceta originaria de Sudáfrica, que deslumbra con sus vibrantes colores, es hoy en día una de las plantas ornamentales más queridas. Sin embargo, para que brille en toda su belleza y nos recompense con una floración abundante, es esencial un conocimiento preciso de sus requerimientos nutricionales y una fertilización experta y equilibrada. Un suministro inadecuado de nutrientes no solo puede dificultar el crecimiento y la formación de flores, sino que también puede debilitar la salud general de la planta, haciéndola más susceptible a enfermedades y plagas. Por eso es crucial entender qué elementos necesita esta maravillosa planta y en qué proporciones durante sus diversas etapas de desarrollo.

Los nutrientes esenciales para las plantas se pueden dividir en dos grupos principales: macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes son aquellos que las gerberas requieren en mayores cantidades; estos incluyen nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), así como macronutrientes secundarios como calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S). El nitrógeno es el principal responsable del crecimiento de la masa verde, las hojas y los brotes; el fósforo es esencial para la formación de raíces, el desarrollo de flores y semillas; mientras que el potasio influye en el vigor general, la resistencia a enfermedades y la calidad de la flor. Una deficiencia en cualquiera de estos elementos puede causar síntomas característicos y retrasar significativamente el desarrollo de la planta.

Los micronutrientes, aunque se necesitan solo en pequeñas cantidades, son igualmente vitales para las funciones vitales saludables de las gerberas. Estos incluyen, entre otros, hierro (Fe), manganeso (Mn), boro (B), zinc (Zn), cobre (Cu) y molibdeno (Mo). Estos elementos juegan un papel clave en la función de diversas enzimas, en la formación de clorofila y en otros procesos metabólicos. Su deficiencia puede desencadenar síntomas específicos, como hojas amarillentas, crecimiento deforme o falta de floración, incluso si los macronutrientes están disponibles en cantidades óptimas.

La absorción de nutrientes está influenciada por numerosos factores que también deben considerarse para el cultivo exitoso de la gerbera. Dicho factor, por ejemplo, es la reacción química (valor de pH) del medio de cultivo, que determina la solubilidad y disponibilidad de los nutrientes individuales. La temperatura del medio, el contenido de humedad, la estructura y la intensidad de la luz también son importantes, ya que todos estos afectan la actividad de la raíz y el metabolismo de la planta. Por lo tanto, un medio de cultivo bien elegido y la provisión de condiciones ambientales óptimas son requisitos previos básicos para una utilización eficiente de los nutrientes.

Requerimientos Esenciales de Nutrientes de la Gerbera

El nitrógeno (N) es de destacada importancia para el desarrollo vegetativo de las gerberas, ya que es un componente fundamental de las proteínas, los ácidos nucleicos y la clorofila. Un suministro adecuado de nitrógeno asegura un crecimiento vigoroso de hojas y brotes, así como el desarrollo del tamaño general de la planta. En caso de su deficiencia, las hojas, especialmente las más viejas, se vuelven de color verde pálido o amarillentas, el crecimiento se ralentiza y la planta permanece atrofiada. Por el contrario, una cantidad excesiva puede dar como resultado un follaje demasiado exuberante, de tejido laxo y color verde oscuro, lo que puede retrasar la floración y aumentar la susceptibilidad a enfermedades y plagas.

El fósforo (P) es esencial para las gerberas, particularmente para el desarrollo del sistema radicular, la iniciación floral y la formación de flores y semillas. Juega un papel importante en el metabolismo energético (formación de ATP) y en la regulación de numerosos procesos fisiológicos. En caso de deficiencia de fósforo, el sistema radicular se desarrolla deficientemente, las hojas se vuelven de color verde oscuro, a veces con un tono violáceo, y la floración puede ser escasa o incluso ausente por completo. Una cantidad excesiva de fósforo rara vez causa problemas directos, pero puede dificultar la absorción de algunos micronutrientes, como el hierro y el zinc.

El potasio (K) también es un macronutriente clave para las gerberas, implicado en la activación de más de sesenta enzimas, que regula la absorción y liberación de agua (a través de la función estomática) y promueve el transporte de carbohidratos dentro de la planta. Mejora la tolerancia de la planta al estrés, ya sea a la sequía, al frío o la resistencia a enfermedades, y mejora la calidad de la flor, la intensidad del color y la vida en florero. En el caso de deficiencia de potasio, los márgenes de las hojas más viejas comienzan a amarillear, luego se vuelven marrones y necróticos, los tallos se debilitan y la calidad de la flor se deteriora.

Entre los macronutrientes secundarios, el calcio (Ca) y el magnesio (Mg) merecen una atención especial en la nutrición de la gerbera. El calcio juega un papel fundamental en la estabilidad de la membrana celular, la formación de la estructura de la pared celular y la división celular. Su deficiencia puede provocar la distorsión y muerte de las hojas jóvenes y los ápices de los brotes y, aunque la podredumbre apical no es típica de las gerberas, la deficiencia de calcio generalmente debilita los tejidos vegetales. El magnesio es el átomo central de la molécula de clorofila, por lo que es esencial para la fotosíntesis, y también participa en la activación de numerosas enzimas. En caso de deficiencia de magnesio, un síntoma característico es la clorosis intervenal en las hojas más viejas, donde las nervaduras permanecen verdes, pero el tejido foliar entre las nervaduras se vuelve amarillo.

El Papel de los Micronutrientes y sus Síntomas de Deficiencia

El hierro (Fe) es uno de los micronutrientes más importantes para las gerberas, ya que es esencial para la síntesis de clorofila y la función de numerosas enzimas respiratorias y fotosintéticas. Dado que es poco móvil en la planta, su deficiencia siempre aparece primero en las hojas más jóvenes en forma de clorosis intervenal: las nervaduras de las hojas permanecen verdes, mientras que los tejidos entre las nervaduras se vuelven amarillos y, en casos graves, casi blancos. La absorción de hierro está muy influenciada por el valor de pH del medio; a un pH alto (medio alcalino), el hierro se vuelve insoluble e indisponible para la planta, incluso si por lo demás está presente en cantidad suficiente en el suelo o en la solución nutritiva.

El manganeso (Mn) también es crucial en el proceso de la fotosíntesis, participando en la evolución del oxígeno, así como un activador de numerosas enzimas y en la asimilación del nitrógeno. Los síntomas de la deficiencia de manganeso pueden asemejarse a los de la deficiencia de hierro, es decir, se produce clorosis intervenal, pero esta se observa a menudo en las hojas más jóvenes o medias, y también pueden aparecer pequeñas manchas necróticas en las partes amarillentas, lo que puede dar a la hoja un aspecto reticulado y moteado. La disponibilidad de manganeso también está fuertemente influenciada por el pH; disminuye en medios alcalinos, mientras que en medios fuertemente ácidos, la absorción excesiva puede causar toxicidad.

El boro (B) y el zinc (Zn) también son micronutrientes esenciales. El boro participa en el transporte de carbohidratos, la formación e integridad de la pared celular, la división celular, el equilibrio hormonal, así como la fertilización de las flores y la viabilidad del polen. En el caso de deficiencia de boro, las partes más jóvenes de los brotes y los botones florales pueden morir, las hojas pueden deformarse y volverse quebradizas, y la formación de flores y el cuajado de frutos también pueden reducirse significativamente. El zinc es un componente de numerosos sistemas enzimáticos, desempeñando un papel importante en la síntesis de la hormona de crecimiento vegetal auxina y en el metabolismo de los carbohidratos. En el caso de deficiencia de zinc, el crecimiento se ralentiza, los entrenudos se acortan («roseta»), las hojas permanecen pequeñas y a menudo se observa clorosis intervenal en ellas.

Por último, pero no menos importante, el cobre (Cu) y el molibdeno (Mo) también desempeñan funciones importantes en los procesos vitales de las gerberas, aunque se necesitan en cantidades aún menores. El cobre es un componente de las enzimas implicadas en numerosos procesos de oxidación-reducción, desempeñando un papel en la fotosíntesis y la respiración. La deficiencia de cobre rara vez ocurre, pero si lo hace, las hojas jóvenes se vuelven de color verde azulado oscuro, pueden torcerse y también puede producirse la muerte regresiva de los ápices de los brotes. El molibdeno se necesita principalmente para el funcionamiento de la enzima nitrato reductasa, que participa en la conversión del nitrógeno nítrico absorbido en una forma utilizable. En el caso de deficiencia de molibdeno, los síntomas a menudo se asemejan a la deficiencia de nitrógeno, por ejemplo, el amarillamiento de las hojas más viejas, ya que la planta no puede utilizar adecuadamente el nitrato absorbido.

Influencia del Sustrato de Cultivo y el Valor del pH en la Absorción de Nutrientes

Uno de los requisitos previos fundamentales para el cultivo exitoso de la gerbera es la selección de un medio de cultivo apropiado. Generalmente, prefiere medios de estructura suelta con buen manejo del agua y aireación, como sustratos a base de turba, fibra de coco o sus mezclas complementadas con perlita y vermiculita. Estos medios proporcionan el oxígeno necesario para las raíces a la vez que son capaces de retener una cantidad adecuada de humedad y nutrientes. Además de las propiedades físicas del medio, las características químicas, como el contenido de nutrientes y el valor de pH, influyen fundamentalmente en la disponibilidad y utilización de los nutrientes.

La reacción química del medio de cultivo, es decir, su valor de pH, es un factor crítico para la absorción de nutrientes en las gerberas. La escala de pH indica cuán ácido o alcalino es un medio; un valor de 7 es neutro, los valores más bajos indican una reacción ácida y los valores más altos una reacción alcalina. La solubilidad de la mayoría de los nutrientes, y por lo tanto su disponibilidad para las plantas, depende del pH. Para las gerberas, un medio ligeramente ácido, típicamente en el rango de pH de 5.5 a 6.2, se considera óptimo, ya que en este rango, la mayoría de los macro y micronutrientes se vuelven más fácilmente disponibles para la planta.

Si el valor de pH del medio de cultivo se desvía del óptimo, pueden ocurrir graves trastornos en la absorción de nutrientes. A un pH demasiado bajo (medio fuertemente ácido), por ejemplo, la solubilidad de algunos micronutrientes, como el hierro, el manganeso o el aluminio, puede aumentar, lo que puede llevar a una absorción tóxica, mientras que la absorción de macronutrientes, como el calcio y el magnesio, puede disminuir. Por el contrario, a un pH demasiado alto (medio alcalino), la solubilidad del hierro, el manganeso, el boro y el zinc disminuye drásticamente, lo que puede inducir síntomas de deficiencia de estos elementos, incluso si por lo demás están presentes en cantidad suficiente en el medio.

Por lo tanto, la comprobación periódica del valor de pH del medio de cultivo y su ajuste según sea necesario son esenciales. Para este propósito, se dispone de medidores de pH con los que se puede determinar fácilmente la reacción química actual del medio, así como el pH del agua de riego y de la solución nutritiva. Si el pH es demasiado alto, se puede reducir utilizando fertilizantes acidificantes (por ejemplo, sulfato de amonio) o azufre elemental, mientras que si el pH es demasiado bajo, se puede aumentar mediante encalado (por ejemplo, carbonato de calcio) o fertilizantes de reacción alcalina. Es importante, sin embargo, que la modificación del pH se lleve a cabo siempre con cautela, gradualmente, evitando cambios bruscos y drásticos que podrían conmocionar a la planta.

Estrategias y Métodos de Fertilización

Para la suplementación de nutrientes de la gerbera se dispone de varios tipos de fertilizantes, entre los que se puede elegir según el objetivo y la tecnología de cultivo. Son muy comunes los fertilizantes complejos, solubles en agua, que además de macronutrientes, a menudo contienen los micronutrientes necesarios en proporciones óptimas, frecuentemente en forma quelatada para una mejor absorción. Una alternativa pueden ser los fertilizantes de liberación controlada (de liberación lenta o controlada), que proporcionan nutrientes gradualmente durante un período más largo, reduciendo el riesgo de lixiviación y la necesidad de fertilización frecuente. Además, especialmente en el cultivo orgánico o integrado, también se pueden considerar los fertilizantes orgánicos, aunque su contenido de nutrientes y su liberación son menos controlables.

En el cultivo profesional de la gerbera, especialmente en condiciones de invernadero o túnel de polietileno, la fertirrigación (aplicación de fertilizantes a través del sistema de riego) es el método de fertilización más extendido y eficaz. Esto significa que los fertilizantes se disuelven y se aplican junto con el agua de riego a la zona radicular de las plantas. Esto tiene numerosas ventajas: permite una dosificación precisa de los nutrientes, una distribución uniforme y un suministro de nutrientes de respuesta rápida adaptado a las necesidades de la planta. Existen varios sistemas de fertirrigación, desde inyectores Venturi más simples hasta autómatas de fertirrigación de precisión controlados por ordenador que pueden regular dinámicamente la composición y concentración de la solución nutritiva según la fase de cultivo y las condiciones ambientales.

Al desarrollar un programa de fertilización, se deben tener en cuenta las diferentes etapas de desarrollo de la gerbera, ya que los requerimientos de nutrientes cambian durante estas etapas. En la etapa de plántula joven, se recomienda el uso de soluciones nutritivas de arranque con un mayor contenido de fósforo para promover la formación de raíces. Durante el período de crecimiento vegetativo, cuando el desarrollo del follaje es más intenso, una proporción equilibrada de NPK o una composición ligeramente dominante en nitrógeno es ideal. Desde el inicio de la floración y durante el período de floración, aumenta la demanda de fósforo y especialmente de potasio, ya que estos elementos son esenciales para una formación de flores abundante y de alta calidad, así como para la longevidad de las flores.

Durante la fertirrigación, se debe prestar especial atención al control periódico de la conductividad eléctrica (CE) del agua de riego y de la solución nutritiva. El valor de la CE indica el contenido total de sales disueltas en el agua y proporciona información indirecta sobre la concentración de nutrientes. El rango óptimo de CE para las gerberas suele estar entre 1.2 y 2.5 mS/cm, pero esto depende de la etapa de desarrollo y de los factores ambientales. Si la CE es demasiado baja, la planta puede sufrir una deficiencia de nutrientes, mientras que si la CE es demasiado alta, las raíces pueden resultar dañadas por una concentración excesiva de sales, lo que puede provocar quemaduras, inhibición de la absorción de agua e incluso la muerte de la planta. Si es necesario, el contenido de sales acumuladas se puede reducir mediante la lixiviación del medio.

Consejos Prácticos y Cómo Evitar Errores Comunes

La base de una nutrición adecuada de la gerbera es el control periódico y el conocimiento preciso de las necesidades de la planta. Para este propósito, el análisis de laboratorio del medio de cultivo y de las hojas de la planta puede ser extremadamente útil. El análisis del medio proporciona información sobre el contenido actual de nutrientes y el valor de pH, mientras que el análisis foliar ofrece una imagen precisa de la medida en que la planta puede absorber y utilizar los nutrientes individuales. Estos datos ayudan a ajustar el programa de fertilización, a reconocer a tiempo las deficiencias ocultas o las sobredosis, y permiten un enfoque proactivo y preventivo del manejo de los nutrientes.

Durante la fertilización de la gerbera pueden ocurrir varios errores comunes que conviene evitar. Uno de los problemas más comunes es la sobrefertilización, que puede provocar la acumulación de sales en el medio, daños en las raíces y el declive general de la planta. La subfertilización puede ser igualmente perjudicial, dando lugar a síntomas de deficiencia de nutrientes, crecimiento deficiente y reducción del rendimiento floral. Otro error común es el uso de fertilizantes desequilibrados incorrectamente, que pueden causar un exceso de algunos elementos y una deficiencia de otros, así como ignorar el valor de pH, que afecta fundamentalmente la disponibilidad de nutrientes.

Aunque los síntomas visuales de deficiencia –como el amarillamiento o la distorsión de las hojas, o los trastornos del crecimiento– pueden ser indicadores importantes, es importante saber que suelen hacerse evidentes cuando el problema ya está avanzado. Además, algunos síntomas pueden atribuirse a varias causas diferentes o pueden confundirse con otros trastornos fisiológicos o enfermedades. Por lo tanto, se debe tener precaución al hacer un diagnóstico y, si es posible, las sospechas deben confirmarse mediante pruebas de laboratorio antes de implementar cambios drásticos en las prácticas de fertilización.

Finalmente, es importante mencionar la importancia de las prácticas de fertilización sostenible. Esto incluye la dosificación de nutrientes con la mayor precisión posible según las necesidades de la planta, la minimización de la lixiviación y la preferencia por tipos de fertilizantes menos perjudiciales para el medio ambiente cuando sea factible. Un suministro de nutrientes experto, consciente y controlado periódicamente no solo asegura la salud y la floración abundante de nuestras gerberas, sino que también contribuye a reducir el impacto ambiental del cultivo, haciendo así que esta hermosa planta ornamental sea sostenible a largo plazo, tanto en viveros como en nuestros hogares.

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