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Requerimientos de agua y riego del oleandro

Linden · 11.06.2025.

El oleandro, este adorno mediterráneo, es una planta ornamental extremadamente popular también en nuestro país, que con el cuidado adecuado puede ser el centro de atención de terrazas, balcones y jardines durante mucho tiempo. Sin embargo, para que produzca sus espléndidas flores, es esencial tener un conocimiento preciso de sus necesidades de agua y dominar la técnica de riego profesional. Muchas personas creen que el oleandro es una planta extremadamente sedienta, y aunque realmente le encanta el agua, el riego excesivo puede ser tan perjudicial como la deshidratación. En este artículo, analizaremos en detalle cómo puedes asegurar un suministro de agua perfecto para tu oleandro, evitando los errores comunes que pueden llevar a la muerte de la planta. Te mostraremos cómo adaptarte a las estaciones cambiantes y a las condiciones climáticas para que tu oleandro se mantenga sano y florezca abundantemente.

Los fundamentos de los requerimientos de agua del oleandro

En su hábitat natural, la región mediterránea, el oleandro a menudo crece en las orillas de los ríos y a lo largo de los arroyos, donde sus raíces tienen un abundante suministro de agua. En consecuencia, el oleandro sí requiere mucha agua, especialmente durante su período de crecimiento y floración, que dura aproximadamente de primavera a otoño. A pesar de esto, el riego excesivo puede provocar la pudrición de la raíz, que es una de las enfermedades más comunes del oleandro. Las raíces de la planta, al estar en agua constante, no obtienen suficiente oxígeno, lo que provoca la muerte de las células y la destrucción del sistema radicular.

La frecuencia y la cantidad de riego están influenciadas por varios factores, como el tamaño de la planta, el material y el tamaño de la maceta, la composición del suelo y las condiciones climáticas. Una planta más joven en una maceta más pequeña necesita agua con más frecuencia que un ejemplar maduro cultivado en una tina grande. Una maceta de barro evapora el agua más rápido que una de plástico, por lo que el oleandro que se encuentra en ella también necesita ser regado con más frecuencia. Un oleandro que se encuentra a pleno sol, naturalmente, necesita más agua que uno en un lugar con sombra parcial.

El requerimiento de agua del oleandro está estrechamente relacionado con la fase de desarrollo de la planta. Durante la temporada de crecimiento, de primavera a otoño, el oleandro está en crecimiento activo y floración, por lo que su requerimiento de agua es máximo. Durante el período de latencia invernal, cuando el desarrollo de la planta se ralentiza, su requerimiento de agua disminuye drásticamente. El riego excesivo es particularmente peligroso en este momento, ya que el suelo se seca más lentamente en un ambiente más frío y las raíces son más propensas a pudrirse.

El momento ideal para regar es a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando el sol ya no quema. Esto minimiza la evaporación del agua y la planta tiene tiempo suficiente para absorber la humedad antes de que la temperatura vuelva a subir. Es importante que el agua de riego no caiga sobre las hojas y las flores, ya que las gotas de agua pueden actuar como una lente a la luz del sol y causar quemaduras.

Aspectos prácticos del riego

La regla básica más importante del riego es comprobar siempre el contenido de humedad del suelo antes de empezar a regar. La forma más fácil de hacerlo es con el dedo: si los 2-3 centímetros superiores del suelo están secos, es hora de regar. Nunca riegues la planta de forma rutinaria según un horario, ya que la necesidad de agua cambia con el clima. En un día caluroso y ventoso, la planta puede volver a tener sed al día siguiente, mientras que durante un período más fresco y lluvioso, puede durar varios días sin regar.

En cuanto a la cantidad de agua de riego, el objetivo es empapar todo el cepellón. Esto significa darle a la planta suficiente agua para que fluya a través de los agujeros en la parte inferior de la maceta. El exceso de agua debe verterse siempre del platillo para que las raíces no se estanquen. En el caso de macetas sin platillo, este problema no existe, pero en el caso de macetas con platillo, es particularmente importante vaciarlas regularmente para evitar la pudrición de la raíz.

La mejor agua para regar el oleandro es el agua de lluvia suave a temperatura ambiente, ya que no contiene cloro ni minerales que causen cal. Si no puedes recoger agua de lluvia, deja reposar el agua del grifo durante al menos 24 horas para que el cloro se evapore. El agua fría tomada directamente del grifo puede causar un choque térmico en las raíces de la planta, especialmente en el calor del verano, lo que puede ser un factor de estrés grave para el oleandro.

La nutrición de la planta también está estrechamente relacionada con el riego. Durante la temporada de crecimiento, vale la pena darle al oleandro un fertilizante líquido especial con alto contenido de potasio una vez a la semana o cada dos semanas para estimular la floración. Vierte siempre el fertilizante líquido sobre el suelo húmedo; nunca se lo des a la planta si el suelo está seco. Durante la fertilización, también ten cuidado de no exagerar, ya que el alto contenido de sal puede quemar las raíces, lo que puede llevar a la muerte de la planta.

Durante el invierno y la hibernación

La hibernación del oleandro requiere una atención especial, especialmente en lo que respecta al suministro de agua. La temperatura y la humedad de la sala de hibernación son factores cruciales. En la mayoría de los casos, una habitación fresca, sin heladas, pero luminosa es ideal para el oleandro, donde la temperatura está entre 5 y 10 °C. A esta temperatura, la planta ralentiza su metabolismo y entra en un estado de latencia, por lo que su requerimiento de agua es mínimo.

La frecuencia del riego en invierno está determinada por la temperatura de la sala de hibernación. Si la habitación es más cálida, por ejemplo, 10-15 °C, la planta continuará transpirando, por lo que deberá regarse con más frecuencia, incluso cada dos semanas. Sin embargo, a una temperatura más fría de alrededor de 5 °C, el requerimiento de agua del oleandro es casi nulo, y puede ser suficiente regarlo una vez al mes, o incluso con menos frecuencia. La clave es que el suelo no se seque por completo, pero nunca debe estar húmedo o empapado.

Durante el riego de invierno, también asegúrate de que el cepellón no se quede en el agua. Vacía el platillo después de cada riego. Muchas personas cometen el error de regar en exceso la planta durante el invierno, lo que es una receta casi segura para la pudrición de la raíz. Las infecciones fúngicas también se propagan más fácilmente en suelos húmedos y fríos, lo que también puede provocar la muerte del oleandro.

Durante el período invernal, el suministro de nutrientes se suspende por completo, ya que la planta no los utiliza. Solo vale la pena comenzar a fertilizar de nuevo al comienzo del brote de primavera, cuando la planta se despierta. Durante la hibernación, el único propósito del riego es evitar que el sistema radicular y toda la planta se sequen y prepararla para la próxima temporada de crecimiento.

Errores comunes y soluciones

Uno de los errores más comunes relacionados con el riego es el riego rutinario y mecánico sin comprobar el contenido de humedad del suelo. Esto puede resultar en un riego excesivo y pudrición de la raíz, cuyos primeros signos son hojas que se vuelven amarillas y luego se caen. En este caso, reduce inmediatamente la frecuencia de riego y comprueba el drenaje de la maceta. En el caso de una maceta con mal drenaje, vale la pena trasplantar la planta a una maceta más grande y mejor ventilada con tierra fresca y suelta.

El otro extremo es la deficiencia de agua, que puede ocurrir especialmente en los días calurosos de verano. La deficiencia de agua se indica con hojas marchitas que se caen con el calor. En este caso, la planta aún se puede salvar, pero se necesita una intervención rápida. Con un riego completo, incluso con varios riegos, puedes asegurarte de que el cepellón esté empapado y que la planta vuelva a la vida. Es importante no exponer inmediatamente a la luz solar directa una planta que ha sido sometida a una deficiencia de agua grave, sino volver a aclimatarla gradualmente a las condiciones normales.

La calidad inadecuada del agua de riego, como el agua dura y calcárea del grifo, puede causar un cambio en el pH del suelo a largo plazo, lo que dificulta la absorción de nutrientes. Para evitar la cal, vale la pena usar agua ablandada o agua de lluvia, pero también puedes agregar un poco de vinagre al agua del grifo (alrededor de 1 cucharadita por 1 litro de agua), que neutraliza la cal. Este método es particularmente efectivo para plantas en macetas donde el reemplazo del suelo es raramente posible.

Para el oleandro, lo mejor es ajustar el riego a las necesidades de la planta. La clave es la observación y la flexibilidad. Conoce tu planta, observa las señales y no tengas miedo de cambiar tus hábitos de riego según el clima o la fase de desarrollo de la planta. El cuidado adecuado dará sus frutos y el oleandro te recompensará con una rica abundancia de flores cada año.