Share

Poda y recorte de fresias

Daria · 23.03.2025.

La fresia, esta planta fragante originaria de Sudáfrica, ha conquistado el corazón de muchos entusiastas de la jardinería. Sin embargo, para asegurarnos de que nos obsequie con abundantes floraciones año tras año, es importante conocer algunos pasos básicos de su cuidado, entre los cuales la poda y el recorte juegan un papel destacado. Aunque la poda de las fresias no es una intervención tan drástica como en muchas otras plantas de jardín, un recorte adecuado en el momento oportuno es esencial para mantener la salud de la planta y sentar las bases para el esplendor floral del año siguiente. Comprender este proceso es crucial para cualquiera que desee disfrutar a largo plazo de la belleza y la fragancia de estas maravillosas flores. Aplicando las técnicas correctas, no solo preservamos la vitalidad de la planta, sino que también aumentamos su resistencia a las enfermedades.

En el cuidado de las fresias, el objetivo principal de la poda es eliminar las flores marchitas y manejar adecuadamente el follaje al final de la temporada de crecimiento. Este proceso ayuda a la planta a dirigir su energía hacia el fortalecimiento de los cormos en lugar de desperdiciarla en la producción de semillas. Unos cormos fuertes y bien nutridos darán como resultado floraciones más ricas y vigorosas la temporada siguiente. Es importante señalar que el término «poda» para las fresias no implica un procedimiento complejo de modelado, sino más bien una especie de intervención de limpieza y mantenimiento.

La elección del momento para las tareas de poda es crucial en el ciclo de vida de la fresia. La eliminación continua de las flores marchitas se realiza durante el período de floración, mientras que las hojas solo deben recortarse una vez que se hayan amarilleado y secado por completo. Un recorte prematuro puede impedir que los cormos almacenen suficientes nutrientes para el crecimiento y la floración del año siguiente. Por lo tanto, es necesaria la paciencia, y se debe esperar hasta que la planta complete naturalmente su ciclo vegetativo.

El uso de las herramientas adecuadas también es esencial para una poda exitosa. Utiliza siempre tijeras de podar afiladas y limpias o un cuchillo para asegurar cortes limpios y evitar dañar innecesariamente los tejidos de la planta. El uso de herramientas desinfectadas reduce el riesgo de transmitir patógenos, previniendo así posibles enfermedades de las plantas. Esto es especialmente importante si estás cuidando varias plantas simultáneamente, ya que las enfermedades pueden propagarse fácilmente de una a otra a través de herramientas limpiadas incorrectamente.

Eliminación de flores marchitas: para una floración continua

La eliminación regular de las flores de fresia marchitas, también conocida como «deadheading», es una de las operaciones de cuidado más importantes durante el período de floración. Esta tarea aparentemente sencilla tiene múltiples efectos positivos en la planta. Principalmente, es beneficiosa estéticamente, ya que la visión de las cabezas florales marchitas desmerece la apariencia general de la planta. Además, fomenta la formación de nuevas flores, ya que la planta no desperdicia energía en la maduración de las semillas.

Las flores marchitas se eliminan mejor cuando los pétalos comienzan a ponerse marrones y a perder su firmeza. Corta el tallo de la flor directamente debajo de la cabeza floral, o si toda la inflorescencia se ha marchitado, corta el tallo de la flor en su base con unas tijeras de podar afiladas. Asegúrate de que el corte sea limpio y no dañe el tallo. Esta intervención anima a la fresia a desarrollar yemas florales adicionales, extendiendo así el período de floración y maximizando el número de flores.

Es importante tener en cuenta que eliminar las flores marchitas no es lo mismo que recortar el follaje. Las hojas, en esta etapa, deben dejarse intactas ya que continúan fotosintetizando y produciendo nutrientes para los cormos. Elimina solo las flores y los tallos florales, y deja las hojas verdes en la planta hasta que se marchiten naturalmente. Esto asegura que los cormos acumulen suficiente energía para la floración del año siguiente.

Para una floración continua, es aconsejable revisar regularmente las fresias, incluso a diario o cada dos días, y eliminar las partes marchitas. Esta pequeña atención puede contribuir en gran medida a que las fresias florezcan durante mucho tiempo y abundantemente en tu jardín o incluso en una maceta. El cuidado será recompensado con la maravillosa vista y la embriagadora fragancia que estas plantas proporcionan.

Manejo del follaje después de la floración

Después de que las fresias hayan florecido, el follaje juega un papel crucial en la preparación de la floración del año siguiente. Aunque podría ser tentador eliminar rápidamente las hojas que ya no son muy decorativas, esto sería un grave error. Las hojas continúan produciendo energía a través de la fotosíntesis, que la planta almacena en los cormos. Esta energía es vital para la supervivencia de los cormos durante el período de dormancia y para el desarrollo de nuevos brotes y flores la próxima primavera.

Por lo tanto, después de la floración, permite que las hojas de la fresia se sequen naturalmente. Este proceso significa que las hojas se vuelven gradualmente amarillas, luego marrones y se secan. Esto es una señal de que la planta ha extraído los nutrientes y el agua de ellas hacia el cormo. Mientras las hojas estén verdes, están trabajando activamente para la planta, así que no las cortes prematuramente.

El secado de las hojas puede tardar varias semanas después de que termine la floración. Durante este período, la planta aún debe regarse moderadamente, especialmente si el clima es seco, pero evita el riego excesivo, que puede provocar la pudrición de los cormos. Tampoco se debe olvidar el aporte de nutrientes; un fertilizante bajo en nitrógeno pero rico en potasio y fósforo puede ayudar al desarrollo óptimo de los cormos durante este período crítico.

Cuando el follaje se haya secado por completo y se desprenda fácilmente del cormo, entonces es el momento de retirarlo. Esto se puede hacer con cuidado a mano, o se pueden cortar las hojas a ras de suelo con unas tijeras limpias. Si los cormos se dejan en el suelo para pasar el invierno (posible en climas más suaves), la eliminación del follaje seco ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades fúngicas y el establecimiento de plagas.

Recorte de las fresias antes del período de dormancia

El secado completo del follaje de la fresia indica que la planta ha entrado en su período de dormancia. Este es el punto en el que las hojas pueden eliminarse de forma segura sin dañar la floración del año siguiente. El recorte en esta etapa sirve principalmente para eliminar los restos de plantas y mantener el área limpia, lo que reduce las posibilidades de que las enfermedades y las plagas pasen el invierno. Por lo tanto, un recorte realizado en el momento adecuado contribuye a que los cormos de fresia pasen el invierno de forma saludable.

Si los cormos de fresia se dejan en el suelo durante el invierno –lo que solo se recomienda en áreas libres de heladas o con inviernos muy suaves– corta el follaje completamente seco a ras de suelo. Posteriormente, es aconsejable cubrir el área con una capa de mantillo (como hojas o paja) para proteger los cormos contra los posibles efectos del frío. Esta capa de mantillo también ayuda a retener la humedad del suelo y previene el crecimiento de malezas.

Sin embargo, en la mayoría de los climas donde las fresias no son resistentes, los cormos deben extraerse del suelo en otoño, antes de las primeras heladas. En este caso, el follaje se recorta antes o inmediatamente después de extraer los cormos. Una vez que las hojas se hayan secado por completo, recórtalas dejando un trozo de unos 2-3 centímetros (aproximadamente una pulgada) por encima del cormo. Esto facilita la manipulación y el almacenamiento de los cormos.

La limpieza de las herramientas utilizadas durante el recorte sigue siendo de suma importancia. Al utilizar tijeras o un cuchillo afilados y desinfectados, evitarás la transmisión de patógenos y el daño a las superficies cortadas. Después de un recorte cuidadoso, retira los restos de plantas del área y, si es posible, compostalos, siempre que no muestren signos de enfermedad. Esto asegura la higiene del jardín y un comienzo saludable para las fresias el año siguiente.

«Poda» durante la extracción y almacenamiento de los cormos

Aunque la extracción y el almacenamiento de los cormos no es una poda en el sentido clásico, ciertos pasos de limpieza y preparación pueden incluirse aquí, considerándose una especie de «poda». Después de que el follaje de la fresia se haya secado por completo y los cormos se hayan extraído con cuidado del suelo, es necesario limpiarlos. Este proceso implica eliminar el exceso de tierra, los trozos de raíces viejas y los restos de tallos de hojas secas de los cormos.

Primero, deja que los cormos extraídos se sequen durante unos días en un lugar fresco, bien ventilado y sombreado. Esto ayuda a que las capas exteriores se curen y reduce el riesgo de pudrición durante el almacenamiento. Después del secado, frota suavemente la tierra adherida. Elimina las raíces secas y los restos de hojas a mano o con un cepillo pequeño. Si un trozo de hoja sigue siendo relativamente largo, ahora se puede recortar de forma segura muy cerca de la parte superior del cormo.

Durante la limpieza, inspecciona minuciosamente los cormos. Busca ejemplares dañados, blandos o mohosos. Dichos cormos que muestren signos de enfermedad deben separarse inmediatamente y desecharse para evitar infectar el material sano. Este proceso de selección también es una forma de «poda», ya que estás eliminando las partes no deseadas. Almacena solo cormos intactos, firmes y sanos para la próxima temporada.

Los cormos de fresia limpios y clasificados deben almacenarse en un lugar seco, fresco (alrededor de 10-15 grados Celsius o 50-59 grados Fahrenheit), libre de heladas y bien ventilado hasta la primavera. Una bolsa de papel, una bolsa de malla o una bandeja llena de turba seca, serrín o vermiculita pueden ser adecuadas para este propósito. Asegurar las condiciones de almacenamiento adecuadas es esencial para que los cormos sigan siendo viables en primavera y vuelvan a brotar, deleitándonos luego con abundantes floraciones.

Errores comunes en la poda de fresias y cómo evitarlos

Durante el cuidado de las fresias, incluida la poda, pueden ocurrir errores que afecten negativamente la salud de la planta y su capacidad de floración. Uno de los errores más comunes es eliminar el follaje demasiado pronto. Muchas personas, por razones estéticas, recortan las hojas amarillentas antes de que se hayan secado por completo. Al hacerlo, sin embargo, privan al cormo de nutrientes vitales necesarios para el crecimiento y la floración del año siguiente, por lo que la planta puede debilitarse y la floración puede ser ausente o escasa.

Otro problema común es el uso de herramientas inapropiadas o su limpieza insuficiente. El uso de tijeras de podar desafiladas daña los tejidos de las plantas, lo que puede llevar a una cicatrización más lenta de las heridas y una mayor susceptibilidad a las enfermedades. Las herramientas no desinfectadas pueden transmitir fácilmente patógenos de una planta a otra. Asegúrate siempre de trabajar con herramientas afiladas y limpias y, si es posible, desinféctalas después de cada planta o al menos al final de la tarea.

Un recorte excesivo, especialmente de los tallos florales, también puede causar problemas. Si bien la eliminación de las cabezas florales marchitas es beneficiosa, cortar todo el tallo floral demasiado pronto o demasiado profundamente –antes de que todas las yemas en él se hayan abierto– puede reducir la duración del período de floración. Examina cuidadosamente el tallo floral y córtalo por completo solo cuando todas las flores en él se hayan marchitado o si solo quedan partes marchitas.

Finalmente, pero no menos importante, un manejo inadecuado durante el período de dormancia también puede causar problemas. Si los cormos se dejan en el suelo en un área donde se esperan heladas severas, o si los cormos extraídos no se almacenan correctamente (en un lugar demasiado húmedo, demasiado cálido o con riesgo de congelación), pueden dañarse o morir. Infórmate siempre sobre las necesidades de las fresias y proporciónales las condiciones adecuadas en cada etapa de su ciclo vegetativo, para que las intervenciones de «poda» sirvan verdaderamente al bienestar de la planta.

También te podría gustar