Una de las plantas mĆ”s encantadoras y espectaculares de los jardines de primavera es, sin duda, el almendro de flor, tambiĆ©n conocido como Prunus triloba. Con sus flores dobles y rosadas, cubre literalmente las ramas a principios de la primavera, incluso antes de que aparezcan las hojas, atrayendo asĆ tanto las miradas como a los insectos polinizadores. El cuidado de este arbusto ornamental originario de China no requiere conocimientos especiales, por lo que los jardineros principiantes tambiĆ©n pueden atreverse con Ć©l. Con una plantación adecuada y un poco de atención, podrĆ”s disfrutar durante muchos aƱos del esplendor floral primaveral que esta planta agradecida y relativamente poco exigente ofrece en tu jardĆn. Su popularidad es inquebrantable gracias a sus formas de arbusto y de Ć”rbol de tallo alto, ya que ambas lucen maravillosamente tanto en jardines pequeƱos como grandes.
El Ć©xito de la plantación del almendro de flor depende en gran medida de la elección de la ubicación adecuada, ya que esto sienta las bases para el desarrollo saludable y la abundante floración de la planta. El aspecto mĆ”s importante es su necesidad de luz; el almendro de flor es una planta decididamente amante del sol, por lo que debes buscarle un lugar donde reciba al menos de seis a ocho horas de luz solar directa al dĆa. En una ubicación mĆ”s sombreada, su floración serĆ” mĆ”s escasa y la planta serĆ” mĆ”s propensa a enfermedades fĆŗngicas. AdemĆ”s, es aconsejable elegir un lugar protegido del viento, ya que los vientos fuertes y frĆos de la primavera pueden daƱar los delicados pĆ©talos de las flores. Un lugar ideal podrĆa ser junto a la pared de la casa o al pie de una valla con orientación sur.
La calidad del suelo tambiĆ©n es un factor crucial para el almendro de flor, aunque afortunadamente no se encuentra entre las plantas especialmente exigentes. Prefiere los suelos con buen drenaje, ricos en nutrientes y con un pH ligeramente alcalino o neutro (pH 6.5-7.5). Deben evitarse a toda costa los suelos anegados, arcillosos y compactados, ya que pueden provocar la pudrición de las raĆces y la muerte de la planta. Si el suelo de tu jardĆn es demasiado pesado, conviene mejorarlo antes de plantar aƱadiendo compost maduro, arena o perlita para hacerlo mĆ”s suelto y con mejor drenaje. Este trabajo invertido se verĆ” recompensado a largo plazo en la vitalidad de la planta.
Durante los preparativos de la plantación, no solo debes prestar atención a la mejora del suelo, sino tambiĆ©n a cavar un hoyo de plantación del tamaƱo adecuado. La regla general es que el hoyo sea al menos el doble de ancho y una vez y media mĆ”s profundo que el cepellón o el contenedor de la planta. Esto proporciona espacio suficiente para que las raĆces se expandan en el nuevo suelo aflojado. En el fondo del hoyo puedes esparcir una capa de estiĆ©rcol orgĆ”nico o compost, y luego una fina capa de tierra para que las raĆces no entren en contacto directo con el nutriente concentrado. Con este procedimiento, aseguras la energĆa necesaria para el desarrollo inicial de tu almendro de flor reciĆ©n plantado.
El proceso de plantación paso a paso
La Ć©poca ideal para plantar el almendro de flor es la primavera o el otoƱo, cuando el suelo ya no estĆ” helado o aĆŗn no lo estĆ”. La ventaja de la plantación otoƱal es que la planta tiene tiempo de establecer sus raĆces durante el invierno y en primavera puede concentrarse plenamente en el crecimiento de los brotes y la floración. La plantación en primavera tambiĆ©n es una buena opción, especialmente en climas mĆ”s frĆos; conviene realizarla despuĆ©s de las heladas, desde finales de marzo hasta principios de mayo. No se recomienda plantar durante los calurosos meses de verano, ya que el calor intenso y el sol fuerte suponen un estrĆ©s excesivo para la planta reciĆ©n plantada y aĆŗn no estabilizada, y el enraizamiento es mĆ”s difĆcil.
MĆ”s artĆculos sobre este tema
La preparación de la planta en contenedor o con cepellón es un paso crucial antes de la plantación. Saca la planta del contenedor con cuidado y examina el sistema radicular. Si las raĆces han crecido en cĆrculos y han llenado el cepellón (lo que se conoce como raĆz en espiral), aflójalas con cuidado con los dedos o con unas tijeras de podar y haz algunos cortes verticales. Esto estimula el crecimiento de nuevas raĆces hacia el suelo circundante. En el caso de los ejemplares a raĆz desnuda, sumerge las raĆces en un cubo de agua durante unas horas antes de plantar para que se hidraten, y recorta las partes daƱadas o demasiado largas.
Una vez que hayas preparado la planta y el hoyo de plantación, coloca el almendro de flor en el centro del hoyo de manera que el cuello de la raĆz (el punto donde se unen el tronco y las raĆces) quede al mismo nivel que el suelo circundante o ligeramente por encima. Plantar demasiado profundo puede provocar la pudrición del tronco, mientras que plantar demasiado alto puede causar que las raĆces se sequen. Rellena el hoyo con la tierra que extrajiste previamente, idealmente mejorada con compost. Vuelve a colocar la tierra con cuidado, en capas, y compĆ”ctala suavemente para que no queden bolsas de aire alrededor de las raĆces.
Un riego abundante despuĆ©s de la plantación es esencial, incluso si el suelo parece hĆŗmedo. Esta gran cantidad de agua ayuda a que las partĆculas de suelo se asienten alrededor de las raĆces y expulsa el aire restante. DespuĆ©s de plantar, crea un pequeƱo alcorque alrededor del tronco de la planta para ayudar a que el agua se concentre en la zona de las raĆces. Durante las primeras semanas, en el perĆodo de enraizamiento, comprueba regularmente la humedad del suelo y riega segĆŗn sea necesario para mantener la tierra siempre ligeramente hĆŗmeda. Cubrir la superficie del suelo con mantillo (por ejemplo, corteza de pino o astillas de madera) ayuda a retener la humedad y evita el crecimiento de malas hierbas.
Los secretos de la propagación
La propagación del almendro de flor se puede realizar de varias maneras, lo que te permite cultivar nuevos ejemplares de tu planta querida para ti o como regalo. El mĆ©todo mĆ”s comĆŗn y relativamente fĆ”cil de llevar a cabo en condiciones de jardĆn domĆ©stico es el esquejado, que puede realizarse con esquejes de madera blanda, semileƱosa o leƱosa. Las variedades nobles, especialmente las de flores dobles, suelen propagarse mediante injerto en los viveros para garantizar la identidad de la variedad y un crecimiento vigoroso. Un procedimiento menos comĆŗn pero tambiĆ©n posible es el acodo y la separación de chupones, aunque con estos mĆ©todos solo se pueden producir pocas plantas nuevas a la vez.
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El Ć©xito del esquejado depende en gran medida del momento adecuado y de la correcta preparación de los esquejes. El esquejado de madera blanda se realiza a principios del verano, en junio, cuando los brotes del aƱo comienzan a lignificarse pero aĆŗn son flexibles. Los esquejes semileƱosos se deben tomar a mediados del verano, en julio-agosto. La Ć©poca para el esquejado de madera dura es el perĆodo de reposo, desde finales de otoƱo hasta principios de primavera. Elige brotes sanos y fuertes y corta trozos de 15-20 cm de largo. Retira las hojas inferiores, dejando solo las 2-4 hojas superiores, y sumerge la base del esqueje en hormona de enraizamiento para una mayor probabilidad de Ć©xito.
Planta los esquejes en un sustrato suelto y con buen drenaje, como una mezcla de turba y perlita, y luego riégalos bien. La alta humedad es esencial para el enraizamiento, por lo que es aconsejable cubrir la maceta o la bandeja de propagación con una bolsa de plÔstico transparente o una botella de plÔstico cortada, que funcionarÔ como un mini invernadero. Coloca los esquejes en un lugar luminoso pero protegido de la luz solar directa y cÔlido. El enraizamiento suele tardar entre 4 y 8 semanas; la aparición de nuevos brotes lo indica. En este punto, la cubierta se puede retirar gradualmente para que las plantas jóvenes se acostumbren al ambiente mÔs seco.
El mĆ©todo de propagación mĆ”s utilizado en los viveros es el injerto, y mĆ”s concretamente el injerto de yema. Este mĆ©todo asegura que las caracterĆsticas de la variedad noble (como las flores dobles) se conserven, algo que no se puede garantizar con plantas cultivadas a partir de semillas. Como portainjerto se suelen utilizar plantones de cerezo silvestre, mirobolano o endrino. En este procedimiento, se extrae una yema de un brote noble junto con una pequeƱa porción de cambium, y luego se inserta en una incisión en forma de T realizada en el tronco del portainjerto. Un injerto realizado por expertos cicatriza rĆ”pidamente, y la nueva planta comienza a desarrollarse rĆ”pidamente gracias al fuerte sistema radicular del portainjerto.
Cuidado de las plantas jóvenes
Tras una plantación y enraizamiento exitosos, el cuidado del joven almendro de flor es la siguiente tarea crucial para que la planta se fortalezca y se convierta en un adorno resistente y de abundante floración en el jardĆn. Una de las tareas mĆ”s importantes en el perĆodo inicial es la poda, que debe realizarse despuĆ©s de la floración. El almendro de flor produce los capullos florales del próximo aƱo en los brotes del aƱo en curso, por lo que podar despuĆ©s de la floración puede estimular el crecimiento de nuevos brotes. Recorta las ramas con flores marchitas aproximadamente a la mitad o dos tercios de su longitud, promoviendo asĆ un arbusto mĆ”s denso y una floración mĆ”s rica la próxima primavera.
El suministro de agua y nutrientes a las plantas jóvenes tambiĆ©n es fundamental para su desarrollo. Durante el primer aƱo, especialmente en los meses de verano secos y de sequĆa, requieren un riego regular para que su sistema radicular penetre profundamente y se fortalezca. Riega siempre en la base, evitando mojar el follaje, lo que favorece las enfermedades fĆŗngicas. A principios de la primavera, al comienzo del perĆodo de vegetación, es aconsejable aplicar una dosis de fertilizante complejo de liberación lenta o compost maduro alrededor de la base para proporcionar los nutrientes necesarios para el crecimiento y la floración. Evita el exceso de nitrógeno, ya que promueve un follaje exuberante en detrimento de la floración.
Desafortunadamente, el almendro de flor no estÔ exento de enfermedades y plagas, de las cuales la mÔs significativa es la moniliosis, que provoca el tizón de brotes y flores. Esta enfermedad fúngica puede causar daños graves, especialmente en primaveras lluviosas, provocando el pardeamiento y la desecación repentina de las flores y las puntas de los brotes. La mejor forma de prevención es plantar en un lugar adecuado y bien ventilado y mantener el follaje seco. Retira y destruye inmediatamente los brotes infectados, cortÔndolos hasta la parte sana. Los pulgones también pueden aparecer en los brotes frescos; puedes combatirlos con un lavado de jabón potÔsico o un insecticida aplicado a tiempo.
Durante los primeros aƱos, la protección invernal del joven almendro de flor tambiĆ©n puede ser importante, especialmente en inviernos duros o en lugares propensos a las heladas. El punto de injerto de las variedades de tallo alto es sensible a las heladas, por lo que es aconsejable envolver el tronco y la copa con arpillera o un film especial de protección contra heladas. Cubre la base de las variedades arbustivas con una capa gruesa de mantillo u hojarasca para proteger el cuello de la raĆz de la congelación. A medida que la planta se fortalezce y su tronco se engrosa, su resistencia al invierno mejorarĆ” significativamente. Un cuidado atento darĆ” sus frutos, y tu almendro de flor te recompensarĆ” cada aƱo con una floración cada vez mĆ”s espectacular.
