El Gladiolo de Abisinia, también conocido como gladiolo perfumado o con el nombre científico Gladiolus callianthus (anteriormente Acidanthera murielae), es una planta verdaderamente especial y elegante que, con su apariencia exótica y aroma embriagador, puede embellecer cualquier jardín. Procede de las regiones montañosas de África Oriental, donde tras las lluvias de verano abre sus flores blancas como la nieve, en forma de estrella y adornadas con una mancha color burdeos en la garganta. Con los cuidados adecuados, tú también puedes formar parte de esta maravilla, y esta belleza aparentemente frágil, pero agradecida, puede convertirse en la joya de tu jardín. Conoce más a fondo esta planta para que, descubriendo todos sus secretos, te recompense cada año con la floración más abundante posible. Su cuidado requiere cierta atención, pero el resultado final vale todo el esfuerzo, ya que existen pocas flores de verano que puedan comparársele en elegancia y perfume.
Desde el punto de vista botánico, pertenece a la familia de las Iridáceas (Iridaceae) y es pariente cercano de los conocidos gladiolos de jardín, pero se diferencia notablemente de ellos en apariencia y aroma. Mientras que los gladiolos tradicionales suelen ser robustos y de colores llamativos, el Gladiolo de Abisinia representa una belleza más etérea y delicada. En sus tallos delgados se desarrollan generalmente de 6 a 12 flores que se abren gradualmente, por lo que puedes esperar un largo periodo de floración. Su aroma especial se percibe sobre todo por la noche, llenando el jardín y la terraza con un aroma fino y dulzón.
En su hábitat natural, en las praderas montañosas y laderas rocosas de Etiopía y Malawi, florece durante el monzón de verano, cuando predominan las lluvias abundantes y el clima cálido. Estas condiciones también determinan sus necesidades en el jardín: ama el sol, un suelo bien drenado y riego regular durante el periodo vegetativo. Aunque es de origen exótico, se puede cultivar con éxito en nuestras condiciones climáticas, siempre y cuando sigas algunas reglas básicas de cuidado, especialmente en lo referente a la invernada, ya que en nuestra región no es resistente al invierno.
Cultivar el Gladiolo de Abisinia no es solo una tarea de jardinería, sino también una forma de establecer una relación con esta planta especial. Observar su desarrollo, proporcionarle las condiciones óptimas y luego disfrutar de sus flores e inhalar su dulce aroma – todo esto llena de alegría al jardinero. En este artículo, te guiaré detalladamente por todos los pasos importantes del cuidado del Gladiolo de Abisinia, para que tú también puedas vivir esta maravillosa experiencia y presumir de esta planta única en tu jardín.
Eligiendo el lugar ideal para la plantación
Uno de los factores más importantes para el Gladiolo de Abisinia es la cantidad adecuada de luz solar. Esta planta es declaradamente heliófila, por lo que elige un lugar en tu jardín donde reciba al menos de 6 a 8 horas de sol directo al día. En lugares más sombreados o semisombreados, su crecimiento puede ser más lento y la floración puede no ocurrir o ser significativamente más escasa. Las exposiciones al sur y suroeste suelen ser ideales para ella, donde los rayos del sol la alcanzan durante más tiempo.
La calidad del suelo también es crucial para el desarrollo saludable del Gladiolo de Abisinia. Prefiere los suelos bien drenados, de textura suelta y ricos en humus. El agua estancada puede ser fatal para los cormos, ya que puede causar fácilmente podredumbre. Si el suelo de tu jardín es compacto y arcilloso, mejóralo antes de la plantación con arena, compost o estiércol bien descompuesto para garantizar un drenaje adecuado y un buen contenido de nutrientes. El valor de pH ideal es ligeramente ácido o neutro (pH 6.0-7.0).
Aunque ama el calor y el sol, es aconsejable protegerlo de vientos fuertes y tempestuosos. Sus tallos delgados y altos y las flores que en ellos se desarrollan pueden dañarse fácilmente o incluso romperse por vientos más fuertes. Plántalo en un lugar protegido, por ejemplo, cerca de un muro o valla, o al abrigo del viento de plantas más altas y arbustivas. Si tal posibilidad no existe, puede ser necesario posteriormente entutorar los tallos florales para evitar que se caigan.
La elección de plantas acompañantes también puede ser un aspecto importante si planeas plantarlo en un macizo mixto. Se ve bien con otras flores de verano, por ejemplo, plantas anuales o perennes más bajas que no lo sofoquen y no compitan excesivamente con él por la luz y los nutrientes. Asegúrate de que las plantas vecinas tengan necesidades similares en cuanto a suelo y suministro de agua. Además de la armonía estética, la combinación adecuada también puede ayudar a repeler plagas.
Preparación y plantación de los cormos
La base de plantas sanas y vigorosas es un material de plantación de buena calidad, por lo que presta especial atención a la selección de los cormos. Al comprar, busca cormos que sean firmes, intactos y sin manchas de moho, daños o signos de podredumbre. Los cormos más grandes suelen producir más flores y se desarrollan con más vigor. Adquiérelos en viveros de confianza o fuentes en línea para estar seguro de la calidad y autenticidad de la variedad.
El momento ideal para la plantación es después de que hayan pasado las heladas primaverales, generalmente desde finales de abril hasta mediados de mayo, cuando el suelo ya se ha calentado lo suficiente (al menos 10-12 °C). Una plantación demasiado temprana en suelo frío y húmedo puede provocar la podredumbre de los cormos. Si quieres estar seguro, espera hasta que las temperaturas diurnas se mantengan consistentemente por encima de los 15 °C. Algunos jardineros también intentan el pre-cultivo, plantando los cormos en macetas en un lugar luminoso y cálido, lo que puede resultar en una floración más temprana.
La profundidad y el espaciado de la plantación también son factores importantes. Como regla general, planta los cormos a una profundidad de aproximadamente 8-10 cm, con el ápice hacia arriba. La distancia entre los cormos debe ser de al menos 10-15 cm, para que las plantas tengan espacio suficiente para el desarrollo y para garantizar una circulación de aire adecuada, lo que ayuda a prevenir enfermedades fúngicas. Si los plantas en grupos, obtendrás un efecto más impresionante que si los plantas individualmente.
La preparación del suelo antes de la plantación es esencial. Cava bien el área seleccionada a una profundidad de al menos 20-25 cm e incorpora compost bien descompuesto o tierra de buena calidad para flores para mejorar la estructura y el contenido de nutrientes del suelo. Si tu suelo tiende a retener demasiada agua, añadir una capa de arena o grava fina en el fondo del hoyo de plantación puede ayudar a mejorar el drenaje. Una preparación cuidadosa será recompensada con el crecimiento vigoroso de las plantas.
Guía de riego
La necesidad de agua del Gladiolo de Abisinia varía según la fase de crecimiento. Después de plantar los cormos, riega inicialmente solo moderadamente hasta que aparezcan los brotes, para evitar la podredumbre. Tan pronto como la planta comienza a crecer activamente y aparecen las hojas, así como durante el desarrollo de los tallos florales y la floración, requiere un suministro regular y abundante de agua. Mantén el suelo uniformemente húmedo, pero no encharcado.
Las mejores prácticas de riego incluyen regar a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando la pérdida por evaporación es menor. Riega directamente en la base de la planta, mojando el suelo profundamente para que el agua alcance la zona radicular. Evita mojar las hojas y flores, especialmente por la noche, ya que esto favorece el desarrollo de enfermedades fúngicas como el oídio o el moho gris. Un riego profundo y completo es mejor que varios riegos superficiales.
Es importante reconocer los signos de exceso y falta de agua. El síntoma más común de exceso de agua es el amarillamiento y marchitamiento de las hojas, la interrupción del crecimiento y la podredumbre de las raíces. En una planta con falta de agua, las hojas también se marchitan, se vuelven marrones en los bordes y la floración puede ser débil o los capullos pueden secarse. Observa las reacciones de tus plantas y ajusta la frecuencia y la cantidad de riego a las condiciones climáticas y al estado del suelo.
Para conservar la humedad en el suelo, aplica cobertura muerta (mulching). Extiende una capa de 5-7 cm de espesor de cobertura muerta orgánica, como corteza de pino, compost o paja, alrededor de las plantas, asegurándote de que la cobertura muerta no entre en contacto directo con los tallos. La cobertura muerta no solo retiene el agua en el suelo, sino que también ayuda a controlar las malas hierbas y a estabilizar la temperatura del suelo, lo que es especialmente útil durante los calurosos días de verano.
Suministro de nutrientes y fertilización
El Gladiolo de Abisinia agradecerá el suministro regular de nutrientes, especialmente en el periodo anterior y durante la floración. Para florecer abundantemente y desarrollar cormos sanos para el próximo año, necesita nutrientes equilibrados. Los macronutrientes más importantes son el nitrógeno (N) para el desarrollo de las hojas, el fósforo (P) para la formación de raíces y flores, y el potasio (K) para la resistencia general y la calidad de las flores. Además, en menores cantidades, también necesita micronutrientes.
Elige un fertilizante de buena calidad desarrollado para plantas con flores, que tenga una proporción NPK equilibrada, o uno en el que el contenido de fósforo y potasio sea ligeramente mayor. Evita los fertilizantes excesivamente ricos en nitrógeno, ya que pueden resultar en un follaje exuberante en detrimento de la floración. Como alternativa orgánica, puedes usar compost bien descompuesto, harina de huesos (rica en fósforo) o ceniza de madera (rica en potasio), que debes incorporar cuidadosamente a la capa superior del suelo.
Comienza la fertilización cuando los brotes alcancen una altura de 10-15 cm y repite cada 2-3 semanas hasta la floración. Una vez terminada la floración, no añadas más nutrientes, para que los cormos puedan madurar adecuadamente para el reposo invernal. Sigue siempre las instrucciones del envase del fertilizante elegido en cuanto a la dosis y el método de aplicación. Los fertilizantes líquidos suelen aplicarse diluidos en agua de riego, mientras que los fertilizantes granulados se esparcen uniformemente alrededor de las plantas, luego se incorporan al suelo y se riegan.
Es importante evitar la fertilización excesiva, ya que puede causar más daño que beneficio. El exceso de nutrientes, especialmente en el caso de los fertilizantes artificiales, puede quemar las raíces, lo que puede llevar a la muerte de la planta. Los signos de fertilización excesiva pueden ser quemaduras en las hojas, interrupción repentina del crecimiento o debilitamiento general de la planta. Si sospechas de fertilización excesiva, lava bien el suelo con agua limpia para eliminar el exceso de sales.
Apoyo al crecimiento y cuidados
A medida que el Gladiolo de Abisinia crece y comienza a desarrollar sus delgados tallos florales, puede ser necesario entutorarlos, especialmente en lugares ventosos o si las plantas crecen muy altas. Bajo el peso de las flores, los tallos pueden doblarse o incluso romperse. Puedes usar tutores finos de bambú, soportes metálicos para plantas o soportes especiales para flores. Inserta el tutor cuidadosamente en el suelo junto a la planta antes de que el tallo floral se desarrolle completamente, para no dañar el cormo o las raíces.
La eliminación regular de las flores marchitas, es decir, el «deadheading», es útil por varias razones. Por un lado, hace que la planta sea estéticamente más atractiva y, por otro, evita que la planta desperdicie energía en la producción de semillas, dirigiéndola en cambio al desarrollo de más flores o al fortalecimiento del cormo. Retira o corta cuidadosamente las flores marchitas del tallo, teniendo cuidado de no dañar los capullos en desarrollo. Si toda la inflorescencia se ha marchitado, también puedes cortar el tallo floral.
Las malas hierbas compiten constantemente con las plantas cultivadas por agua, nutrientes y luz, por lo que es importante desherbar regularmente alrededor del Gladiolo de Abisinia. La eliminación de malas hierbas es especialmente importante durante la fase de crecimiento activo. Si es posible, deshierba manualmente, tirando cuidadosamente de las malas hierbas con las raíces para no dañar las raíces superficiales o los cormos del gladiolo. La cobertura muerta puede ayudar mucho en el control de malas hierbas, reduciendo el tiempo dedicado a desherbar.
La inspección regular de las plantas ayuda en la detección temprana y el tratamiento de posibles problemas. Observa las hojas, tallos y flores, buscando signos de estrés, enfermedades o infestación por plagas. Los cambios detectados a tiempo, como el amarillamiento de las hojas, manchas o aparición de plagas, suelen ser más fáciles de resolver con una intervención rápida. Los cuidados proactivos contribuyen al mantenimiento de la salud de las plantas y a una floración abundante.
Protección contra plagas y enfermedades
El Gladiolo de Abisinia es atacado por relativamente pocas plagas, pero vale la pena prestar atención a algunas de ellas. El problema más común puede ser causado por los trips, que son pequeños insectos voladores que succionan la savia de las hojas y flores, dejando tras de sí manchas plateadas y deformaciones. Además, también pueden aparecer pulgones y ácaros rojos, especialmente en tiempo cálido y seco. La detección temprana de plagas es crucial para una protección eficaz.
Al controlar las plagas, busca soluciones ecológicas. En caso de infestación leve, lavar las plagas con un chorro de agua o pulverizar con una solución de jabón insecticida (jabón potásico) puede ayudar. Las preparaciones a base de aceite de neem también pueden ser eficaces contra muchas plagas. En caso de infestación más grave, si los métodos biológicos no dan resultado, puedes considerar el uso de insecticidas dirigidos, sistémicos o de contacto, siguiendo siempre las instrucciones de uso y las precauciones de seguridad.
Entre las enfermedades fúngicas, las más comunes son la roya del gladiolo, la botritis (moho gris) y la podredumbre del cormo. La roya causa pústulas naranjas o marrones en las hojas, mientras que la botritis forma una capa gris y mohosa en las flores y hojas, especialmente en tiempo húmedo y bochornoso. La podredumbre del cormo suele ser causada por un riego excesivo o un suelo mal drenado. La prevención también es fundamental aquí: garantiza una buena circulación de aire entre las plantas, evita regar las hojas y planta en suelo bien drenado.
Para prevenir enfermedades, es importante aplicar una agrotecnia adecuada. Presta atención a la rotación de cultivos; si es posible, no plantes gladiolos en el mismo lugar durante varios años consecutivos. Seca bien los cormos antes de almacenarlos y almacena solo cormos sanos y sin daños. La eliminación de hojas en otoño y la eliminación inmediata de partes de plantas infectadas también ayudan a reducir las posibilidades de que los patógenos invernen. Una planta sana y bien cuidada es siempre más resistente a enfermedades y plagas.
La maravilla de la floración y el cuidado de las flores cortadas
La floración del Gladiolo de Abisinia suele ocurrir en la segunda mitad del verano, de agosto a septiembre, y a veces incluso hasta octubre, dependiendo de la época de plantación y de las condiciones climáticas. Los delgados tallos, en los que las flores blancas como la nieve en forma de estrella se abren una encima de la otra, con el centro adornado por una mancha rojo oscuro o castaña, ofrecen una vista deslumbrante. La verdadera magia, sin embargo, comienza por la noche, cuando las flores exhalan un aroma intenso y dulce, reminiscente del jazmín, llenando el jardín y la terraza.
Si quieres usarlo como flor cortada, el mejor momento para cortar las flores es a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando la planta está más saturada de agua. Elige tallos en los que las 1-2 flores inferiores ya estén abiertas y las restantes aún estén en capullo. Corta los tallos oblicuamente con un cuchillo afilado o tijeras de podar para aumentar la superficie de absorción de agua. Ponlos inmediatamente en un cubo con agua para evitar la formación de burbujas de aire en el tallo, lo que dificultaría la absorción de agua.
Para aumentar la durabilidad de las flores cortadas del Gladiolo de Abisinia, puedes seguir algunos pasos sencillos. Antes de ponerlas en el jarrón, corta 1-2 cm del extremo de los tallos bajo el agua. Retira las hojas que quedarían por debajo del nivel del agua para evitar la podredumbre y la contaminación del agua. Usa un conservante floral en el agua del jarrón o hazlo tú mismo añadiendo un poco de azúcar y unas gotas de lejía. Cambia el agua diariamente o cada dos días y, al mismo tiempo, corta siempre un poco los extremos de los tallos.
El Gladiolo de Abisinia también luce maravilloso como flor cortada y puede ser un adorno elegante y perfumado para tu hogar. Luce hermoso incluso en un simple jarrón de cristal, pero también se destaca en ramos mixtos. Coloca el jarrón en un lugar donde puedas admirarlo con frecuencia y donde su aroma pueda apreciarse, pero evita la luz solar directa y las corrientes de aire, ya que pueden acortar su vida útil. La nube de perfume traída a tu hogar te recordará siempre esta joya especial de tu jardín.
Extracción y conservación invernal de los cormos
El Gladiolo de Abisinia no es resistente al invierno en nuestra región, por lo que sus cormos deben extraerse antes de las primeras heladas y almacenarse adecuadamente durante el invierno. El momento ideal para extraer los cormos suele ser a finales de octubre o principios de noviembre, después de que las hojas de la planta amarilleen y se sequen, pero antes de que el suelo se congele permanentemente. Esta es una señal de que la planta ha completado su periodo vegetativo y de que los cormos han almacenado suficientes nutrientes para el reposo invernal y el crecimiento del próximo año.
La extracción de los cormos requiere cuidado. Con una horca de jardín, afloja el suelo alrededor de la planta a una distancia suficiente para no dañar los cormos. Levanta cuidadosamente toda la planta con el cormo del suelo. Sacude el exceso de tierra, pero no los laves, ya que la humedad puede causar podredumbre durante el almacenamiento. Corta el tallo a aproximadamente 5-10 cm por encima del cormo.
Los cormos extraídos deben secarse bien, o «curarse», antes del almacenamiento. Extiéndelos en una sola capa en un lugar bien ventilado, seco y libre de heladas, como un cobertizo, garaje o terraza cubierta. Déjalos secar durante unas semanas (2-3 semanas) hasta que el resto del tallo y las raíces se sequen completamente y puedan retirarse fácilmente. Luego, limpia cuidadosamente los cormos de la tierra seca, raíces viejas y restos de tallo. En este momento también puedes separar los pequeños cormos hijos (cormillos) que puedan haberse formado, los cuales pueden almacenarse por separado y plantarse en primavera.
Los cormos limpios y secos deben almacenarse en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado durante los meses de invierno. La temperatura ideal de almacenamiento es entre 5 y 10 °C. Puedes almacenarlos en bolsas de papel, cajas de cartón o sacos de red, o posiblemente en una caja forrada con una capa de turba seca, arena o serrín para protegerlos del resecamiento y la congelación. Revisa los cormos ocasionalmente durante el invierno y retira cualquier ejemplar que esté pudriéndose o enmohecido para evitar la propagación de la infección.
Métodos de propagación
El método más común y sencillo de propagar el Gladiolo de Abisinia es usando los cormos hijos, también conocidos como cormillos. Estos pequeños cormos se forman en la base o en el lateral del cormo principal (cormo madre) al final del periodo vegetativo. Cuando extraes y limpias los cormos en otoño, estos pequeños cormos hijos pueden separarse fácilmente. Recógelos y, al igual que los cormos grandes, almacénalos en un lugar seco y fresco durante el invierno.
En primavera, puedes plantar los cormos hijos de forma similar a los cormos grandes, pero un poco más superficiales (unos 3-5 cm de profundidad) y más juntos en un macizo separado o maceta. En el primer año, generalmente no se desarrolla una planta capaz de florecer a partir de estos pequeños cormos; en cambio, dirigen su energía al crecimiento del cormo. Con riego regular y suministro de nutrientes, pueden alcanzar el tamaño de floración en 1-3 años, por lo que, con paciencia, tú mismo puedes cultivar nuevos y nuevos gladiolos perfumados.
El Gladiolo de Abisinia también puede propagarse por semillas, aunque este es un proceso más largo y desafiante, y las características de la variedad no siempre se heredan perfectamente, especialmente en variedades hibridadas. Puedes recolectar las semillas de las cápsulas que se forman después de que las flores se marchiten, una vez que se hayan secado. En primavera, siémbralas en sustrato de buena calidad para semilleros, cubriéndolas ligeramente. La germinación puede tardar varias semanas y las plántulas requieren cuidados especiales. Las plantas cultivadas a partir de semillas suelen necesitar de 3 a 4 años para alcanzar la edad de floración.
Para cormos más grandes y más viejos, también se puede considerar la división de los cormos, aunque es un método menos común para esta especie. Si un cormo ha crecido mucho y tiene varios puntos de crecimiento (yemas), en primavera, antes de la plantación, puedes cortarlo cuidadosamente en dos o más partes con un cuchillo afilado y esterilizado. Asegúrate de que cada parte tenga al menos una yema y una porción suficiente del cormo para proporcionar nutrientes. Deja que las superficies cortadas se sequen durante unas horas o trátalas con carbón en polvo para prevenir infecciones antes de plantarlas.
El Gladiolo de Abisinia en el diseño de jardines
El Gladiolo de Abisinia, con su apariencia elegante y porte delgado, es excelentemente adecuado para añadir un acento vertical a los macizos de flores. Su altura suele ser de 60-90 cm, por lo que se adapta bien a la parte central o trasera de los macizos mixtos, donde, elevándose por encima de las otras plantas, puede exhibir sus flores en forma de estrella. Plántalo en grupos, colocando al menos 5-7 cormos cerca unos de otros, para obtener un efecto más denso e impresionante. Los especímenes aislados pueden perderse entre las otras plantas.
En cuanto a los colores, las flores blancas como la nieve con la mancha rojo oscuro en la garganta combinan excepcionalmente bien con otras plantas. Lucen especialmente hermosas en compañía de plantas con follaje verde oscuro o burdeos, que crean contraste y realzan la delicadeza de las flores. Combina bien, por ejemplo, con gramíneas ornamentales, cuya apariencia etérea armoniza con él, o con perennes más bajas que forman cojines, como el tomillo o la violeta, que cubren el suelo y enmarcan las flores. Debido a su floración a finales del verano, combina bien con plantas que florecen al mismo tiempo o un poco antes, garantizando así una vista continua.
Debido a su aroma especial, es una opción ideal para jardines perfumados o cerca de áreas de descanso, terrazas, ventanas, donde puedes disfrutar frecuentemente de su dulce aroma, especialmente por la noche. Como es una excelente flor cortada, vale la pena dedicar una pequeña parte del jardín específicamente como un macizo de corte, donde puedes cultivar abundantemente flores para el jarrón. Así, no tendrás que lamentar cortar los tallos más hermosos del macizo ornamental y podrás decorar y perfumar tu hogar con ellos.
Si no tienes jardín, o solo un pequeño balcón o terraza, puedes cultivar el Gladiolo de Abisinia con éxito también en macetas. Elige una maceta con al menos 20-25 cm de diámetro y profundidad, para que los cormos y las raíces tengan espacio suficiente. Usa tierra de buena calidad para flores con buen drenaje y presta atención al riego regular y al suministro de nutrientes, ya que las plantas en macetas se secan más rápidamente y agotan las reservas de nutrientes. El Gladiolo de Abisinia en maceta puede ser un adorno maravilloso para cualquier balcón o terraza soleada.
Problemas comunes y sus soluciones
Puede ocurrir que el Gladiolo de Abisinia no florezca, lo que puede deberse a varias razones. Una de las causas más comunes es la falta de luz; si la planta no recibe suficiente luz solar directa (al menos 6 horas al día), la floración puede no ocurrir. Incluso al plantar cormos muy jóvenes y pequeños, puede suceder que no florezcan el primer año. El suministro inadecuado de nutrientes, especialmente la falta de fósforo, también puede inhibir la formación de flores. Asegura las condiciones adecuadas y, en la próxima temporada, probablemente te alegrará con flores.
El amarillamiento de las hojas puede indicar varios problemas. Si el amarillamiento ocurre al final del periodo vegetativo, en otoño, es un proceso natural, la planta se está preparando para el reposo invernal. Sin embargo, si las hojas amarillean a mediados de temporada, puede ser un signo de exceso de riego, falta de riego, deficiencia de nutrientes (especialmente nitrógeno o hierro) o incluso alguna enfermedad. Observa los otros síntomas y los factores ambientales para descubrir la causa exacta y poder intervenir adecuadamente.
El problema de tallos débiles y caídos también puede ocurrir, especialmente si la planta no recibe suficiente luz y se estira («etiolación»). La fertilización excesiva con nitrógeno también puede resultar en tejidos laxos y débiles. Además, los vientos fuertes pueden derribar fácilmente los tallos florales altos. Para prevenir, asegura suficiente luz solar, un suministro equilibrado de nutrientes y, si es necesario, entutora los tallos a tiempo.
La podredumbre de los cormos durante el almacenamiento puede causar pérdidas significativas. Esto suele ser causado por una preparación inadecuada (secado insuficiente), humedad excesiva, mala ventilación o temperatura de almacenamiento demasiado alta. Es importante almacenar los cormos solo en estado completamente seco, en un lugar bien ventilado, fresco (pero libre de heladas). Revísalos regularmente durante el invierno y retira inmediatamente cualquier ejemplar enfermo para proteger a los demás de la infección.